Deportes
Domingo 14 de agosto de 2011, San José, Costa Rica
Pasión por el deporte

Columna de opinión

Los audífonos rojos, verdades y mentiras

Antonio Alfaro

Editor

Coincidimos en el ascensor Celso, Saborío, el chico de los grandes audífonos rojos y este mortal. -¿Y por qué se los compró rojos? –preguntó Celso con picardía. No había sido el único entre los más jóvenes que regresó, luego de un rato libre en Chicago, con audífonos nuevos, aunque el resto del “kinder” optó por los negros, menos llamativos. –“Yo tengo mucha ropa roja” –respondió él-. Un par de segundos después, aún en el ascensor, con aires de importante, el chico añadió: “Además, yo soy diferente”. –¡Aaah mae!-.

Más allá de respuesta de adolescente (su madre aún le dice “el chiquito”), dijo una verdad: él es diferente (con mucho por aprender y pulir, pero diferente). El Arsenal lo sabe. La Volpe también. “¿Quién lo formó?”, preguntó el técnico. “Fui yo”, dijo, con la misma seguridad con que parece poder atribuirse la creación del Universo. El de Campbell sería récord mundial, la formación de un jugador de exportación en unos cuantos meses. Mentira. Es casi un insulto, para aquellos que han visto a Joel crecer, Rónald González incluido. Otra cosa es, incuestionable verdad, que fue La Volpe quien los tuvo bien puestos, como pocos o nadie los hubiese tenido, para llevarlo a la Mayor, hacerlo jugar en Copa Oro e incluirlo casi a la fuerza en Copa América.

Es cierto, como que La Volpe no tiene culpa de la calidad y cantidad de nuestros jugadores. Cierto, como que en mis 19 años en estas lides del periodismo deportivo, nunca la prensa había sido tan benévola con un técnico de tres victorias en 17 juegos. Cierto, como que La Volpe es un trabajador infatigable. Cierto, como que fue él el eterno insatisfecho, no la prensa, ni la afición o la dirigencia, si bien todos anhelamos mejores resultados. Me parece un buen estratega, no preparado para un proceso con limitaciones. Ahora… si prefiere culpar de todo a los demás, mejor me pongo los audífonos, así sean enormes y rojos.