El regreso a casa fue más tenso que el partido

Juan Diego Villarreal, redactor

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Pérez Zeledón.- A las 3 p.m. salió un autobús rojo de San Isidro de El General, dentro de él, también viajaba la ilusión de un equipo que esperaba un milagro, una serie de resultados que lo metieran en la semifinales del Torneo.

Dos horas antes, una clara victoria de 4-2 como visitante, ante el Pérez Zeledón, tenía a la Liga en zona de clasificación.

El radio era el principal aliado de la esperanza, sus ondas transmitían optimismo, de seguro algunos jugadores entre bromas y otros más serios, creían en la victoria de archirrival Saprissa ante Herediano y por qué no, que Limón se lavara la cara y venciera en buena lid al Cartaginés, para así abrirles las puertas de la segunda fase del campeonato.

Durante el viaje, de seguro se comentó el buen trabajo del plantel, los goles de penal del casi infalible Cristian Oviedo, la astucia de Alejandro Alpízar y el certero cabezazo de Pablo Gabas.

“¡Qué dicha que no estaba el altote Kendall Waston!”, me imagino dijo algunos de los integrantes manudos para hacerle sombra en broma, al buen salto de Gabas.

Más tenso que el juego

Tampoco se debió salvar de la “chota” el sureño Jorge Gatgens, quien marcó su primer gol con la Liga y no lo celebró ante su exequipo y sin duda el meta Patrick Pemberton debió alzar la voz con relación a los dos pedales que cedieron sus compañeros y marcó Keylor Soto en forma acertada.

Pero con el pasar de los minutos y los kilómetros, en el regreso a casa por la Costanera Sur, la esperanza se fue desvaneciendo con los goles del “Team florense” al Saprissa, en la “Cueva”, con lo que la victoria en Pérez, la verdad, no servía de nada.

Posiblemente, el empate de los morados se celebró en el viaje, claro empataba Limón y sus acérrimos rivales aún les daban algún aliento de vida.

Pero el golpe de gracia no se hizo esperar y con el 1-3 del “Team” las caras largas se asomaron y la impotencia se apoderó del grupo cuando Limón en forma sorprendente ganó en el cierre de su compromiso 1-0 ante Cartaginés y con solo nueve hombres.

Seguro reinó el silencio en el autobús, las bromas se acabaron y quizás hasta las luces se apagaron junto a la radio y en medio de al oscuridad, cada uno saboreó su tristeza ante los marcadores que se dieron al final de la jornada.

Así se despidió el tricampeón del torneo. Así quedó eliminado y solo quedaba llegar a casa y esperar un nuevo campeonato.

A lo mejor Mauricio Montero con su acostumbrada chispa, debió decir la frase del día como consuelo, al mencionar que pese a todo, les ganaron a los semifinales; Pérez, Santos y Saprissa en su propia casa.