La Sabana. - Los golpes del sábado de Bryan “Tiquito” Vásquez llenaron de orgullo al país, no así los que aparecieron ayer al final del Herediano-Alajuelense.
Esos fueron para sonrojarse.
Vergüenza total lo vivido al cierre de la Súpercopa. Nada nuevo entre manudos y florenses, quienes desde hace algunos torneos vienen con un pique bravo que ha acabado en hechos lamentables.
Se empañó una fiesta que consagró a Alajuelense como el “campeón de campeones” de la campaña 2011-2012.
Los manudos vencieron 2-0 al conjunto rojiamarillo, ratificando que llegan como los amplios favoritos al torneo nacional, que arranca este miércoles.
Sí, ese bochornoso espectáculo quizá hizo olvidar lo ocurrido en los 90 minutos de partido, con dos equipos que medían fuerzas por primera vez previo al torneo de Invierno 2012.
Ambos pusieron lo mejor de sus hombres en el terreno de juego, no se guardaron nada y aunque no fue un derroche de virtudes, pusieron emociones que se disfrutaron en las gradas.
Ahí en el terreno de juego hubo roces, pero de los normales, faltas que siempre se dan en el fútbol, salvo la de Johnny Acosta sobre Víctor Núñez, reprochable en todo sentido, pero las demás no hacían presagiar un final como el que ocurrió, en la que los técnicos, hay que decirlo, fueron partícipes, en uno u otro nivel.
Golpeó en momentos claves
Se hablaba de dos realidades distintas entre Alajuelense y Herediano, con una Liga en gran forma y su rival, con dudas sobre lo que podía presentar.
En la cancha se vio muy parejo y la victoria eriza fue trabajada, demostrando que llega como el máximo favorito al Invierno.
El gol al minuto 7’ de Kevin Sancho encarriló el juego, pero los florenses pusieron en aprietos la zaga manuda, aunque tampoco generaron mucho peligro.
El dato más claro de ésto es que en todo el juego no hicieron un solo remate a marco. El único fue del “Mambo” Núñez en el gol anulado por fuera de juego, que de paso estuvo bien por parte del línea.
La expulsión en el inicio del segundo tiempo hacía pensar que las cosas se ponían difíciles para los erizos, pero no, eso los hizo jugar mejor y definir el partido en otra jugada de táctica fija y cabezazo de Elías Palma.
Ahí el partido terminó, porque el control de la pelota era manudo y se jugaba al ritmo que ellos imponían. Ya Herediano no encontraba las armas para superar la defensa eriza y era cuestión de tiempo para el final.
Alajuelense termina su pretemporada dejando una muy buena imagen en el campo, demostrando que el trabajo ha sido provechoso, pero que ahora le tocará demostrar cuando vale, en el torneo nacional.
¿Los golpes? Que más decir, bochorno total en una rivalidad que ya va más allá de una cancha.
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