Deportes
Viernes 27 de julio de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Todo ocurre a toda velocidad

La hora del té no es muy olímpica

Antonio Alfaro, enviado a Londres

analfaro@aldia.co.cr

En Costa Rica le haría el pique a Nery Brenes: me preparo un té en lo que él tarda corriendo los 400 metros. Bueno, él ganaría. ¡Pero no por mucho! -le advierto-.

En Inglaterra en cambio sigo sin descubrir en carne propia “la hora del té” y posiblemente regrese a Costa Rica sin vivir tan parsimoniosa costumbre. Definitivamente no es olímpica. Acostumbrado a calentar el mío en el microondas, no podría con el ritual que describen en Internet: calentar el agua. Vaciarla en la taza. Devolverla a la tetera. Echar las hojas de té en la taza caliente, pero sin agua y dejarlas reposar. Volver a calentar el agua a unos 90 grados centígrados. De nuevo llenar la taza y dejarlas en infusión por unos cinco minutos...

En ese tiempo dejé el hotel a toda prisa, pasé a la cafetería, compré un capuchino, pedí un sandwich, subí al tren y empecé mi desayuno en el “tube” (como le llaman al metro: el tubo). Descubrí entonces que nadie va comiendo en el metro y por un momento temí ser como aquel que en Costa Rica inunda el autobús con el aroma de un pollo frito degustado de camino. Mi sandwich, al menos, olía bien. Y sabía mejor.

Pero nadie comía en el “tube”. Si acaso una botella de agua, aunque sospecho que no es asunto de “glamour” sino de incomodidad. En un dos por tres se pasa de una parada a la otra, salen pasajeros, entran otros.

En un dos por tres estaba en la Villa Olímpica, donde la prensa tenía su día de ingreso permitido para conocer las instalaciones y compartir con los atletas. Entre ellos, como cualquier mortal pasó Ginóbilli y se detuvo amablemente para la foto (solo para que no digan que es mentira). Igual hay quienes hablan de las Williams, Pau Gasol y hasta Djokovic.

El rato se fue rápido y pronto fue hora de salir, mandar fotos, escribir, ingresar al programa de radio Al Día Deportes. Es la 1 a.m. en Inglaterra y aún termino mis notas. No hay tiempo para un té.