Cartago. - Sobre su brazo izquierdo, el delantero brumoso, Jorge Iván Pailos, lleva una imagen que lo vincula con su hijo de 8 años. Se trata de un Ángel de La Guarda que lleva impreso el nombre de su pequeño Erick, quien vive en Montevideo, Uruguay.
El miércoles pasado, tras anotarle a Belén, Pailos besó su brazo en un claro gesto de dedicatoria.
“Mi familia estaba siguiendo el juego por Internet y les quise dar la sorpresa”, explicó.
Pailos señaló que extraña a su “nene”, como le dice, pues “los que tenemos un hijo sabemos lo que significar estar lejos y no poder verlo durante un tiempo”.
“En 2010 estuve en Guatemala y pasé cinco meses sin verlo, ahora es similar, no lo puedo traer porque está en medio curso lectivo, sin embargo, hablo todos los días con él a través de la computadora”, añadió.
El uruguayo comentó que el tatuaje se lo hizo en Cartago, donde pagó $60 (unos ¢31.000) y en cuya ciudad tiene apenas un mes y 20 días de vivir.
Sobre el gol aseveró que “es fundamental arrancar el torneo con anotación, más porque te da confianza. Aunque la meta era ganar y no se pudo, sí quedó el sabor amargo de no obtener los tres puntos”. Pailos, de 30 años, dijo que más allá de un objetivo individual, “lo importante será contribuirle al equipo siempre”.
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