En 2003 cuando Álvaro Saborío firmó su primer gol con la “Sele” absoluta; en el mapa futbolero nacional ni siquiera se asomaba la figura de un jovencito de piel negra que apuntaba a ser jugador profesional.
Para aquel entonces, Joel Campbell tenía 11 años, mientras, Saborío de 21, emprendía un largo camino al que no le han faltado las espinas de las críticas.
Como el fútbol es capaz de reunir generaciones sin distingo de edad, casi una década después, ambos forman la delantera más efectiva de la eliminatoria que conduce a Brasil 2014.
Hoy tienen en común que sus goles llevan el peso ofensivo de la Tricolor transcurridas las primeras dos fechas del proceso clasificatorio.
Seis goles , cuatro de Saborío y dos de Campbell, revelan la química de dos artilleros de cortes desiguales pero certeros.
Uno es un “9” legítimo, que pivotea, soporta golpes de los rivales y encañona al portero (aunque no siempre da en el blanco).
El otro, un pícaro delantero que se ubica en la derecha para explotar su pierna zurda y atolondrar rivales en lo que llaman “perfil cambiado”.
Primero El Salvador (empate a 2-2) y luego Guyana (victoria tica 4-0) fueron sus presas.
Dinamita en Concacaf
Para beneficio de la Tricolor, ellos sacaron su instinto depredador, pues entre los dos llevan más dianas que las 11 selecciones restantes del área de Concacaf.
México es la segunda escuadra más goleadora de esta fase eliminatorio con 5 dardos, empero, ninguno de sus figuras metió más de un tanto.
Los únicos hombres ofensivos que se les acercan a los ticos son el estadounidense Clint Dempsey de Estados Unidos y el panameño Blas Pérez, que acumulan dos perforaciones cada uno.
Hasta la fecha en la ronda premundialista se marcaron 26 anotaciones y dos autogoles.
Esto significa que Saborío y Campbell contabilizan el 23 por ciento del total. Una cuota nada despreciable si se toma en cuenta lo apretado de estas instancias.
Despacio porque precisa
“En dos juegos lo han hecho bien pero todavía falta lo más importante. Yo creo que en los partidos difíciles es cuando hay que demostrar”, opinó el exseleccionador, Hernán Medford, sobre el rendimiento mostrado por ambos delanteros.
De acuerdo con el timonel, las características dispares entre ambos jugadores provoca que haya chispa en la grama.
“Ellos forman un complemento, uno que vaya por la banda y el otro en el corazón del área. Es una fórmula que siempre es buena pero hay que madurarla con el tiempo”, añadió Medford.
Según dijo, “a lo largo de la historia ha habido muchas duplas buenas en la Selección Nacional así que es muy temprano para calificarlos a ellos. Esto apenas comienza”.
Para el exjugador Gilberto Rodhen, pese a la efectividad mostrada hay un detalle que puede afectarlos a futuro.
“Los dos son goleadores, eso me parece bien. El problema es el armado en la media cancha. Pueden andar efectivos arriba. Sin embargo, si no tienen un creador es muy difícil que tengan oportunidades”.
De acuerdo con Rodhen, “ante Guyana se metieron muchos goles. Eso está bien. El asunto es que ya viene lo serio como ante México, por tanto, contra equipos más fuertes ya es otra cosa. Habría que ver si se crean esas opciones”, puntualizó.
De esta forma la prueba de fuego para la dupla costarricense será los días 7 y 11 de setiembre cuando la Tricolor mida fuerzas contra la Selección azteca, líder del grupo B con 6 unidades.
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