Un juego al final de un entrenamiento de Suecia en la Eurocopa, que acabó con el portero Johan Wiland con los pantalones bajados y recibiendo balonazos en la parte trasera de su cuerpo, ha provocado polémica en el país escandinavo, donde algunos hablan de “acoso moral” y de “mal ejemplo”.
Los hechos ocurrieron al final del entrenamiento de ayer de los suplentes tras la derrota el día anterior contra la selección de Ucrania.
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