Deportes
Sábado 10 de marzo de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Hanna Gabriels, nuestra campeona mundial, sufre una vieja lesión que la mantiene contra las cuerdas

“Temo por mi integridad física

Rodolfo Martin

rmartin@aldia.co.cr

Un sobresalto que no es gratuito y, mucho menos imaginario, porque surge de una vieja lesión en la columna vertebral, mantiene contra las cuerdas a Hanna Gabriels, nuestra Campeona Mundial de las 140 libras de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).

“Temo por mi integridad física”, expresó ayer después de haberse hecho una resonancia magnética en la Clínica Bíblica. (Ver nota adjunta).

La boxeadora convive con un permanente dolor diario que se vuelve intolerable cuando quiere llevar su práctica al punto alto.

Esto ocurre, por lo general, a pocas semanas de sus peleas.

El combate contra la estadounidense Dakota Stone, precisamente, estuvo a punto de suspenderse por esta razón y, solo se mantuvo en firme, porque la Comisión Médica de la OMB aceptó la prescripción de analgésicos controlados por temor a que aparecieran en un examen ‘doping’, admitió ayer su entrenador Ezequiel Obando.

Hanna expuso que la lesión, entre la segunda y tercera vértebra, le impide prepararse al 100 por ciento lo cual no sólo pone en riesgo su carrera sino la posibilidad de secuelas mayores.

“No quiero pensar que, por una mala preparación, vaya a recibir un mal golpe y quedar de por vida con algún tipo de discapacidad”, declaró la joven quien recordó el drama que vive la familia de su colega Alejandro Martínez.

El púgil yace en coma desde julio del 2009 tras haber peleado en México contra Alberto Rosas.

En la fase final de la preparación para el combate contra Stone “perdimos 10 días porque los dolores eran insoportables algo de lo cual no podíamos informar a la prensa porque, de una u otra forma, era darle arma al rival”, dijo.

Hanna no solo ha llorado muchas veces del dolor, sino que ha colapsado al punto de que la han trasladado de emergencia del gimnasio al hospital. En otras ocasiones, han solicitado la llegada de profesionales a suministrarle calmantes; o simplemente, quedar su equipo de trabajo en estado de ‘shock’ mientras ella quedaba tendida en el suelo a la espera de que pase la crisis.

“Si uno no llega bien en el aspecto físico eso también causa cierta inseguridad mental como preguntarse: ¿qué me pasaría se en este momento me sobreviene uno de estos episodios? ¿Cómo resolverlo?”, se cuestionó.