Si hay un gran culpable por la derrota de anoche ante México, ese es Jorge Luis Pinto, técnico de la Selección.
Días antes del compromiso, lo escuché decir que tenía muy bien estudiado a México y hasta sabía la alineación de los aztecas y que le iba a sacar al menos cuatro puntos de seis en disputa.
Mucho verbo y poca acción, porque los juegos se ganan en la cancha y no alzando la voz.
Anoche Pinto no mostró ese enorme conocimiento que dice tiene de México.
Técnicos y periodistas deportivos del país comentaron que al plantel azteca había que presionarlo, no dejarlo salir con libertad porque sus jugadores son rápidos por los costados. Eso estaba claro, pero Pinto hizo lo contrario, planteó un equipo defensivo, que en el primer periodo regaló la iniciativa y le permitió a México jugar a placer.
Recuerden, el arquero, línea de cinco y dos contenciones, o sea ocho ticos con perfil defensivo. En el primer tiempo no se llegó al marco de Corona en jugada hilvanada, llevando el balón de pie a pie, se buscó el pelotazo y la individualidad para inquietar.
Cayó el primer gol de los visitantes al final del primer lapso y ahí se acabó todo.
Se desperdiciaron 45 minutos defendiéndose ante México, pero don Jorge, los partidos en casa hay que ganarlos, no salir a empatarlos y en esta eliminatoria, usted ya ha perdido cinco de seis puntos en disputa jugando en casa.
Para colmo, la defensa tica es un coladero, volvió a fallar por el centro, es por esa zona donde en los últimos partidos le han marcado a la Tricolor.
Así lo hicieron México, El Salvador, Perú, Honduras y Guatemala.
Don Jorge, por ahora debe dar las gracias a Guyana por el empate de anoche con El Salvador y hoy sí le pregunto, (no como falsamente me acusó en Guyana), ¿no le da miedo perder su puesto? Creo que su cabeza cuelga de un hilo.
