Deportes
Lunes 11 de abril de 2011, San José, Costa Rica
Pasión por el deporte

Pérez Zeledón la dejó ir

Volvió la “Liga hora”

Franklin Arroyo, redactor
farroyo@aldia.co.cr

Un pase de lujo de Leandro Barrios y una definición en el último suspiro de Jonathan McDonald devolvieron la vida a Alajuelense, que casi muerde el polvo en su visita a Pérez Zeledón.

Fue un juego trabado, pero entretenido. Con opciones en ambos cuadros, con la Liga con mayor control de la pelota, pero con un Pérez Zeledón que se sacudió del dominio en los primeros 25 minutos del complemento y obligó a Alajuelense a replegarse.

Los manudos recurrieron a todo su arsenal en los minutos finales para lograr el empate y llegó en el último minuto de reposición.

Los generaleños casi firmaron su descalificación, pues ahora quedaron obligados a ganar, por cualquier resultado, en el Morera Soto. Una empresa que hasta el menos entendido sabe complicada, al menos en esta temporada.

Combos y lujos

Fue un juego entretenido, sobre todo en el complemento, cuando cayeron las anotaciones.

Alajuela tomó el control del juego en la inicial, con Gabas, Oviedo y Valle copando el medio campo, más las constantes llegadas de Meneses y Salvatierra por los costados.

También contó con chispazos de Sarvas, que no llega a marcar la diferencia, salvo uno que otro servicio como cuando encontró a Salvatierra por la derecha, que terminó en un remate alto de Sancho y que hubiera significado la apertura del marcador.

Pero fue Pérez el que abrió la cuenta, al aprovechar el “dos por uno” de la zaga manuda.

Primero, Acosta no midió bien el balón y un hombre más pequeño, como César Elizondo, le ganó el salto.

Segundo, Pemberton permitió que le cabecearan, prácticamente, sobre la línea del área chica. El librillo dice que esas bolas son del arquero. Resultado: 1 a 0.

Y el Pérez se creció con el gol y sometió a un dominio a la Liga que parecía que estaba para más.

La Liga sin bola no es nada. No se muestra tan sólido en defensa, sus laterales permiten muchos centros y las fisuras en el centro se evidencia.

Pero “machillo”, equilibró con los ingresos de Guevara y de McDonald.

De pronto, Guevara la tomó frente al área, vio a Barrios, este dio un pase de reojo, de maestro, a McDonald, que definió y llegó de alegría las huestes manudas.