Un campeón forjado con sangre

Franklin Arroyo

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Vomitar de cansancio, terminar con ojos morados o con sangre en la nariz son parte de la rutina de entrenamiento de Bryan “Tiquito” Vásquez, primer costarricense campeón mundial de boxeo.

Vásquez será el primer retador del Supercampeón de las 130 libras, que saldrá de la pelea del 31 diciembre entre el mexicano Jorge Solís y el japonés Takashi Uchiyama.

“Una vez me vomité saliendo de la piscina, por el gran esfuerzo físico. La preparación de un boxeador es muy intensa, uno no entrena para ganar, sino para aguantar. A veces aguantaba hambre porque no hacía bien las dietas, a veces hay que “guantear” y uno está arratonado y el sparring le deja a uno los ojos morados o le saca la sangre por la nariz”.

Como parte de su preparación, “Tiquito” aprendió a nadar y hace una rutina en el agua. “Hay que luchar con el corazón, hasta el límite del cansancio, tanto, que he llorado. Lo que tengo lo merezco. Aprendí en el 2011 que para lograr algo hay que esforzarse, lo regalado no vale”.

Ese entrenamiento implica diez kilómetros todos los días de atletismo, una sesión fuerte en la piscina, trabajo de pesas en un gimnasio, trabajo técnico y guanteo.

Su momento más difícil en el año fue en la pelea contra el mexicano Alan “Explosivo” Herrera, en la disputa del título Fedelatino.

“Hubo un round donde estaba mal, cortado, no estaba en mis cinco sentidos, no sabía qué iba a pasar, pero papá Dios me ayudó”.

“Tiquito” trabaja para mejorar su golpe, su defensa y como controlar las mañas de boxeadores con más experiencia. “Aquí no estamos preparados para ciertas cosas, por ejemplo, qué hacer para que no me lo corten a uno si le meten la cabeza. Eso lo dará los años”, dijo.

Vásquez no quiso comentar a profundidad si merece estar dentro de los mejores atletas.

“No puedo opinar sobre eso, son otros los que tienen que hacerlo, pero el sacrificio que hago es grande, he pasado miles de situaciones horribles y no quiero quedar mal con nadie, soy muy tranquilo, no me meto en problemas”,