Técnico del año / Wálter Salazar

Sofía Quesada Chavarría

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Soñar es para otros, para él no es otra cosa que un lujo.

Su principal preocupación es lo que puedan dar día a día cada uno de sus atletas.

Según Wálter Salazar, entrenador de Nery Brenes y Sharolyn Scott, ese pensamiento es el que lo ha llevado a obtener buenos resultados.

“Para un entrenador soñar es un lujo, el resto de las personas pueden soñar pero para mí la preocupación es el día a día, lo que está haciendo mi atleta y qué estamos incorporando para poder mejorar para que cuando venga el momento más importante de la temporada esté listo para dar lo mejor”.

La medalla de oro de Nery en los Juegos Panamericanos de Guadalajara le dio mucha alegría y alivio, mientras lo que hizo Sharolyn, quedar cuarta en los 400 metros con vallas, lo llenó de satisfacción.

“Sentí alivio porque había mucha presión, no solo personal sino social porque Costa Rica tenía la necesidad de un triunfo deportivo que le devolviera la sonrisa, éramos conscientes de esa situación”.

“Sin duda Sharolyn como mujer es un ejemplo de esfuerzo y sacrificio, entrenar en condiciones muy difíciles sin echarse para atrás y teniendo otras responsabilidades como su trabajo y su hija, ella no se rinde ante las adversidades”.

Wálter se siente realizado con lo que hace y por tal razón se ve muchos años más como entrenador y lo llena de esperanza saber que vienen buenas generaciones y que la dirigencia va por buen camino.

Para él atletas que hoy destacan en categoría juvenil, como Gerald Drummond, Víctor Emilio Ortíz y Glenda Davis, son los llamados a destacar en el próximo ciclo olímpico.

“Son muy talentosos, similar a como era Nery hace ocho años. Las condiciones del país han cambiado y tal vez estos jóvenes tengan un apoyo más claro, cosa que Nery en su momento no tuvo”, agregó.

Salazar dice que soplan buenos vientos para el deporte nacional porque se va caminando, lento, pero se camina.