Dentro y fuera de la cancha, Alejandro Castro se mantiene en su posición de ataque para anotarle goles a la vida. Es por eso que a pesar del tiempo que le consume estar en el Deportivo Saprissa, no renuncia a las aulas.
Es ahí donde forja su sueño desde hace año y medio: convertirse en ingeniero industrial.
“Me va bien, aunque llevo sólo dos materias por bloque. Con los meses aprendí a complementar todo y siento que ya me adapté. La “U” es un escape a mi vida cotidiana y a la presión del fútbol”, contó el morado a Al Día.
La profesión que escogió no es fácil, hay que tener cierto ingenio, dijo con actitud bromista Alejandro, quien cursa la carrera en la Hispanoamericana.
“Me he sacado buenas notas y ya pasé cálculo, por eso mis papás están muy contentos”, anotó el delantero, quien tiempo atrás había considerado estudiar una carrera más ligada al deporte.
“Quería aprovechar la beca que da el equipo, pero no había opción con lo que había pensado. Incluso consideré llevar Periodismo”, recordó.
Con casi 22 años encima (cumple el 11 de setiembre), se define como un muchacho común y corriente, alegre pero discreto.
Poco le interesa figurar y es amigo de sus amigos. Eso sí, de los de toda la vida, los que cosechó antes de las fotos y los aplausos.
“No es un secreto que estar en un equipo como Saprissa te da muchas posibilidades, pero yo trato de agarrarme fuerte de mi familia y de los valores con los que he crecido”, dijo.
En lo que a las mujeres se refiere, desde chiquitillo lo han desvelado las rubias, pero nunca ha tenido una como novia.
“A mí me gusta chinear y que me chinen”, agregó en caso de alguna interesada lea la nota, pues por ahora está solterito.
“Ale” se matricula cien por ciento con la música nacional, de hecho se dice fan de Balerom. “Cuando no tengo partidos me gusta ir a sus conciertos, tanto a los de él como a los de Evolución”, describió entusiasmado.
Le gusta el buen rock en español y hasta uno que otro temita de Ricardo Arjona.
