La boxeadora dice haber enfrentado semanas muy duras de entrenamiento y que necesita reacondicionar su cuerpo

Rodolfo Martín

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La usual reunión con sus hermanos, los sobrinos y un par de amigos íntimos, como la velocista Sharolyn Scott, para repasar los detalles de la pelea, se prolongó un poco más de lo usual porque inició cerca de la medianoche del sábado y terminó ayer alrededor de las 8 a.m.

Así comenzó Hanna Gabriels su primer día de vacaciones, tras su tercera defensa del título femenino de la categoría Medianos Juniors de la OrganizaciónMundial de Boxeo (OMB).

La tica venció a la estadounidense Dakota Stone, quien también optó por el descanso al viajar ayer mismo al Pacífico de nuestro país con la idea de disfrutar de una semana de turismo científico, ver nota aparte.

La cita de Hanna fue en la casa de su madre, en Alajuela, de donde salió 8:30 a.m. para la suya.

Ahí, se acostó y durmió solo una hora porque rápidamente volvió a despertarse.

Bryan “El Tiquito” Vásquez, su novio y campeón mundial interino de la división Ligero Junior de la Asociación Mundial de Boxeo, la “devolvió” de nuevo hacia donde su familia en la ciudadela del INVU Las Cañas, porque estaba “eléctrica”.

A las 2:30 p.m. aún se mantenía activa con solo una hora de sueño porque, de una u otra forma, seguía conectada con la pelea.

Vacaciones

Las últimas semanas, al parecer, fueron muy desgastantes para la boxeadora quien necesita reposo para recuperar fuerzas y tiempo para cumplir algunos asuntos personales que tiene pendientes por atender su carrera boxística.

Al preguntarle sobre el sabor de boca que le había dejado la pelea, respondió que le era agradable porque, en lo personal, ella sabía que había ganado todos los asaltos cuando el árbitro Jenaro Rodríguez decidió suspender el combate.

El puertorriqueño, con 50 años de vivir en Chicago, estados Unidos, paró la pelea para evitar que Stone continuara siendo golpeada de manera innecesaria.

“Esa fue una decisión arbitral y yo no me meto con eso. Hablé con ella (Dakota) y le dije que le concedía la revancha porque todos los ticos y yo, especialmente, quisiéramos saber qué puede pasar si un combate entre ambas llega al final de reglamento”, añadió mientras descansaba acostada en un sillón en la casa de su madre.

Estaba en buso y sin maquillaje. La única secuela de la pelea era un pequeño razguño en la nariz.

Al referirse a su rival la caracterizó como fuerte y de gran aguante.

“Creo que puedo soportar un embate suyo más prolongado porque mis entrenamientos siempre fueron con hombres que, obviamente, golpeaban más duro que ella”, añadió la boxeadora.

A su juicio le sirvió pelear desde afuera, entrar y golpear, basado en un mejor accionar de su cintura, los pases laterales y una obstensible mejor puntería.