Deportes
Jueves 26 de julio de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

El cambio oficial tendrá que ceder su lugar a los 42,1 kilómetros de Londres 2012

La maratón de la guardia


Antonio Alfaro, enviado
analfaro@aldia.co.cr

Esos guardias son a Gran Bretaña, lo que los maratonistas a la historia de los Olímpicos.

Jamás entenderé cómo lo hacen, con semejante peluche en la cabeza (si me leyeran, de seguro me pegan un tiro o me ponen un trombón de sombrero). Lejos de una mofa es asombro ante los valientes con piel de oso como sombrero, paso firme y coordinado, ritmo afinado, bajo el solo abrazador del mediodía. Al menos un mediodía como el de ayer, en un Londres ajeno al lleno de brumas que según dicen suele tener. Y juro que no les vi una gota de sudor chorreando por la frente.

La multitud se reúne a verlos, en el Palacio de Buckingham. Hay quienes esperan por horas pegados al enrejado de la casa donde habita la reina. Ayer no estaba Elizabeth II, según indicaba la bandera británica izada. Cuando ella se encuentra es el estandarte de la corona el que ondea.

Ayer no estaba y solo Dios sabe si estará cuando el 5 y el 12 de agosto pasen frente al palacio otros que sí sudan: los maratonistas olímpicos. Ahí justo por donde ayer marchó la banda, pasarán Traña, Lizano y otros valientes más. ¡Y casi a la misma hora! (la maratón arranca a las 11 a.m. y el cambio de guardia se da todos los días de mayo a julio a las 11:30 a.m. y de día por medio el resto del años, excepto si llueve. ¡Y si hay maratón olímpica!.

Ayer al menos cientos de turistas, muchos de ellos en Londres por los Juegos, lograron ver la ceremonia. Vale la pena (una vez), a riesgo de quedar un poco decepcionados, cuando después de tanta espera, sol y sed, el cambio de guardia se vuelva extenso, por momentos monótono.

Se anima un poco cuando extrañamente (jamás lo habría imaginado), la banda deja las marchas tradicionales, toca un par de piezas de la Guerra de las Galaxias, otra de Indiana Jones y -aunque parezca mentira- Thriller de Michael Jackson, aunque a un ritmo muy parsimonioso. Después de unos 45 minutos, músicos y soldados se retiran por donde vinieron, una calle asfaltada de rojo, a manera de alfombra para la realeza, que esta vez tiene rótulos de faltan 300 metros, 200 metros... (para la meta de la maratón). Yo hago unas cuantas fotos y me voy. En el parque entrenan Lizano y Traña. Y los gorros me dan calor.