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Martes 31 de julio de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

El Centro de Prensa es tan protegido como un castillo

La ciudad de las Torres

Antonio Alfaro, enviado especial de Al Día a Londres

analfaro@aldia.co.cr

Apareció de repente camino al judo, justo a la salida del metro para un cambio de tren. Ahí estaba, majestuosa, la Torre de Londres, la primera fortaleza del día.

La segunda, donde siempre acabamos la jornada y hasta pasamos de la medianoche, no tiene 1.000 años, ni siquiera 10, pero igual podría llamarse la Torre de Prensa. No es una torre, pero la de Londres tampoco.

Se trata de un castillo medieval. Construido en 1078 por Guillermo “El Conquistador” (hace 934 años), un complejo de edificaciones, protegidas por dos anillos de muros defensivos y una fosa. Fue bautizado así en honor a una de sus torres, la principal, con una base de 36 x 32 m y 26 m de altura. Era el lugar del rey en el ajedrez de la Edad Media.

Ni a Tom Cruise al estilo de Misión Imposible le habría resultado sencillo llegar hasta sus entrañas, pero los turistas lo consiguen por 16 libras (unos $24; cerca de 13 mil colones).

Cuesta más ingresar al centro de prensa del Parque Olímpico, aunque obviamente no cobran entrada ni está abierto al público. Protegido al máximo, en el punto de chequeo los militares del ejército escocés “escanean” electrónicamente la acreditación de cada periodista. En un monitor aparecen los datos del comunicador, su foto y si tiene acceso habilitado. Luego, como si se tratara de un aeropuerto, debe sacarse la computadora del maletín, colocarla en una bandeja, quitarse la faja, despojarse de monedas y cualquier objeto de metal y pasar las puertas electrónicas, mientras el resto de pertenencias también son sometidas a los rayos X.

Una vez adentro, sin embargo, es más difícil salir, aunque ya no por seguridad sino por trabajo. No por casualidad hay habitaciones con sillones-cama en los que más de uno se rinde al sueño. Abierto las 24 horas, es el centro de operaciones de medios de todo el mundo. Con cuatro pisos y una sala de prensa de unos 200 metros de largo podría no tener igual, ni siquiera en los mundiales. Podría contarles mucho de ella, pero ya es hora de buscar la forma de escapar de aquí.

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