Antonio Alfaro, editor

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La mayoría a veces se equivoca. Si hace más de dos mila años la mayoría gritó ¡liberen a Barrabás!… Si para no ir tan lejos los ticos elegimos como Presidente a un señor que no pasó de lo anecdótico, a dos que terminaron en los tribunales y a otro que “mañaneó tempranito” para hacer las del león Melquiades, por qué no iba a perder Óscar Ramírez con Jafet Soto, en la elección oficial del Mejor Técnico del campeonato. Simplemente, la mayoría a veces se equivoca. Y me incluyo en algunas de esas equivocaciones.

No hay que hacer tanta alharaca, como finalmente entendió la Liga. Hizo bien su presidente en ponerse saco y corbata y guardar en la gaveta su intención de no presentarse a la premiación si era otro el elegido. A fin de cuentas, Jafet Soto, joven estudioso, con atrevimiento, ambición, excelente debut y deseos de mejorar, no tiene culpa alguna. Al contrario, méritos hizo, aunque al final y a mi entender, Ramírez marcó la diferencia llevando una final claramente dispar hasta el punto donde él podía ganarla.

A veces la mayoría, también es inducida al error, como sucedió en esta ocasión.

Unafut, bienintencionada, dejó este año la elección en manos de los periodistas, pero se equivocó al pedir los votos sin que hubiese finalizado el campeonato. Al calor del momento, quizás muchos resolvieron su dilema a favor de Jafet Soto, entonces ganador de la primera fase (por dos puntos) y claro favorito de la final. Me pregunto si el resultado habría sido el mismo en una votación el día después de disputado el título.

En todo caso con agrado doy la bienvenida a la irrupción del técnico herediano, a la humildad manuda, a su cambio de actitud en torno a la premiación y a la apertura de la elección, aunque se haya equivocado la mayoría.