Luisa Trigueros se limpió las lágrimas de los ojos, la emoción fue tan grande al ver a Grabriela Traña con la bandera de Costa Rica en sus manos, que no pudo evitar llorar de alegría.
En esos escasos segundos que duró la imagen en televisión, Trigueros vio reflejados años de sacrificios, madrugadas y entrenamientos; su hija había cumplido su sueño.
Las madres de los atletas costarricenses que compiten en las Olimpiadas de Londres se reunieron ayer en las instalaciones del Comité Olímpico Nacional en Coronado, con el fin de observar la inauguración de los Juegos.
“Fue una emoción muy grande, no pude evitar las lágrimas, ella (Grabriela Traña) iba llorando, estaba muy emocionada”, confesó Trigueros.
“No podía creerlo”
Fue una tarde cargada de emociones. Las cámaras no las dejaron sentarse ni un momento.
Hablaron de sus hijos, de sus travesuras, de los sueños de ir a unos Juegos Olímpicos y de lo orgullosas que están de ellos.
“Gabriela se levantó el mismo día que se iba para Londres a entrenar a las 4 de la mañana, no podía creerlo, ella siempre se esforzó siempre para conseguir sus metas”, comentó.
Rosa María Cantillo, madre de Paolo Montoya, dijo que es como ser testigo de una enorme graduación.
“Es un gran orgullo, una felicidad inalcanzable, tantos años y ver el fruto del esfuerzo”, comentó Cantillo.
Heiner Oviedo, padre del taekwondista del mismo nombre, dijo que en estos momentos se unen muchas y llamativas emociones.
“Él ha trabajado mucho para lograr ese objetivo y espero que pueda conseguir una medalla”, explicó Oviedo.
“Años de sacrificio”
“Una vez, Gabriela cuando pasó al colegio, llegó y me dijo que el profesor le comentó que ella era buena para correr, yo le dije que si podía con el estudio y el deporte, que no importaba”, así describió Luisa Trigueros, madre de Gabriela Traña, uno de los momentos más importantes en la vida de la abanderada costarricense.
Trigueros dijo que ellos siempre fueron personas humildes, incluso, las tenis que tenía Traña eran las más baratas y tenía que cambiarlas porque se destruían rápido.
Muchas veces la vio levantarse a las cuatro o cinco de la mañana, para ir a entrenar y todo ese sacrificio ahora dio sus frutos.
“Ella estaba nerviosa, pero muy emocionada, para mí es un gran orgullo, le dije muchas veces que ella se lo merecía por tanto esfuerzo”, dijo.
Trigueros podrá ver correr a su hija el 5 de agosto, porque ella viajará a Londres.
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