Londres, Inglaterra/ AP. - Tony Parker se quedaba contemplando la oscuridad en la habitación del hotel en el que quedó confinado tras sufrir la lesión en el ojo que pudo haber provocado el fin de su carrera como jugador de la NBA.
El astro francés de los Spurs de San Antonio no dejaba de pensar en la noche en que salió de fiesta en un club nocturno de Nueva York y fue testigo en medio de una reyerta en la que volaron botellas, hasta que un fragmento de vidrio le pudo costar todo.
“Es algo tan curioso, porque acababa de completar mi mejor año en la NBA y en una noche todo puede cambiar”, expresó Parker, quien usará lentes protectores en Londres.
Parker tuvo suerte y lo sabe. Aunque no fue hasta poco cuando pudo volver a entrenar, está presente en los Juegos Olímpicos, al frente de un menguado equipo francés que debutará mañana ante la poderosa Estados Unidos.
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