Redactor
El león rugió con fuerza anoche, luego del 2 a 0 a Puntarenas y apunta al “Monstruo” para el clásico del domingo en “la Cueva”.
En un juego confuso, feo y con pocas emociones, los rojinegros sacaron un triunfo vital, pues una victoria liguista el domingo dejaría a los campeones a tres puntos de la “S”.
No fue la Liga que esperaba la afición. La que parecía volver, la del Tricampeonato... más bien, careció, como en casi todo el torneo, de un fútbol vistoso, o al menos práctico. Eso sí, abónele tres puntos más y una inyección de motivación para el domingo.
Sí pero no...
Por eso, manudos, no tiren las campanas al vuelo. La Liga jugó mal.
Fue controlado por Puntarenas en muchos tramos del partido, no fue generoso en la producción de acciones de peligro y algunas piezas claves no se hicieron sentir.
¿Qué se hizo Diego Calvo por ejemplo? Aquel que deslumbró con Herediano. Al parecer, volvió al nivel que ha mostrado siempre, inconstante.
Gabas, Sancho y el mismo Valle estuvieron opacados, pensando a lo mejor en Saprissa, antes de tiempo, cuando el Puerto les jugaba con todo.
El primer tiempo fue raquítico para la Liga y solo el gol que consiguió Alpízar salvó la actuación del equipo.
El “Matador” se avispó en un saque de banda de Juan Gabriel Guzmán y consiguió el gol que dio ventaja, pero no tranquilidad.
El complemento fue un poco mejor para los intereses manudos.
Al menos le cerró el camino a los puntarenenses, que habían llegado más en la inicial y lograron tomar el control.
Gabas al fin dio destellos de su fútbol, Calvo se encontró por diez minutos y la Liga se vio mejor.
El cambio de Valle, debilitó el medio campo. Fue cuando Cardoso, el porteño de Brasil, tomó el medio campo y el puerto metió algo de miedo.
Al cierre, en jugada de inspiración, Guevara encontró a Sancho, quien ahora sí, dio el gol de la tranquilidad y el León pudo gritar: “ahora le toca a Saprissa”.
Un partido, el domingo, que será clave.
PICANDITO EN EL AREA
Ahora sí es necesario...
Rodolfo Martín, redactor
Inconsistencias.
Lo de anoche en el estadio Alejandro Morera, relacionado con la aparición de Yendrick Ruíz, en la alineación estelar del Puntarenas, es algo incomprensible de acuerdo con lo ocurrido en el pasado reciente.
La estrella de la ofensiva porteña fue relegado a la gradería por varios encuentros, donde su presentación era imprescindible.
No estaba lesionado ni tampoco su ausencia obedecía a aquello de “por consideraciones técnicas del entrenador”.
Sin embargo, anoche apareció entre los titulares como por arte de magia. ¡Esto afecta a la credibilidad de nuestro fútbol!
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