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Miami, Estados Unidos.- Fuera de la cancha ellas se visten por él. “Vamos Rafa”, se lee en la espalda de más de una muchachita. Dentro de la cancha, sus rivales desesperan por él: nunca da una bola por perdida. Es Nadal, el exnúmero uno que aún pega fuerte fuera y dentro.
Hace que sus seguidores y en especial las damitas, piensen en él desde temprano. Eran apenas las 9 a.m. cuando dos de ellas desayunaban en uno de los hoteles de Miami. ¿A qué hora juega “Rafa”? –les pregunté haciéndome el desenterado-. “Después de nueve (en la noche)”, respondió una de ellas, en un trabado español, propio de quien domina el inglés.
Faltaban 12 horas, pero de seguro valió. También para el hombre que en medio de un receso del juego se animó a gritarle un “I love you, Rafa”. Nadal mostró otra vez su bravura, con victoria 6-2, 5-7 y 6-4. Tsonga exigió su mejor versión, le propinó el primer set perdido en Miami, hizo sentir por momentos que había un “Rafa” a cada lado de la cancha. Pero venció el “Matador” (como la canción que sonó en el calentamiento).
Después de un año duro, en el que solo ganó tres torneos y perdió la cima ante Djokovic, de nuevo podría cruzarse en una final con el serbio, quien lo ha derrotado en los últimos siete duelos. Antes Nadal deberá vérselas con Murray, mañana en semifinales.
“Nole” parece tener un camino menos complicado cuando se enfrente hoy a David Ferrer (5 p.m. hora tica), para acceder a una semifinal contra el ganador entre Mónaco y Fish (1 p.m. hora tica). “Rafa”, en tanto, recargará energías y dos jovencitas tendrán el día para irse de compras. Anoche se fueron a dormir contentas.
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