“Solís, Solís”, “Centeno, Centeno”, “Cordero, Cordero”, “Porras, Porras”, esos coros eran costumbre en el estadio Ricardo Saprissa, donde una afición agradecida no se cansaba de alentar a sus ídolos futbolísticos.
Pero, ahora con el retiro de Wálter “Paté” Centeno y Alonso Solís surge la duda: ¿a quién alentarán los morados? Esto debido a que, como bien lo aceptan los propios exjugadores que marcaron una época en el cuadro tibaseño, en la actualidad no hay un futbolista de este tipo.
“Creo que ahorita esas figuras se están creando, no diría que del todo no hay. Saprissa tiene los jugadores para tomar ese gafete. Hay que pensar que esas posiciones van más allá del fútbol, ya que funcionan mucho como imagen y estandarte del equipo”, aseguró el exguardavallas José Francisco Porras al respecto.
El excapitán de la Selección Nacional y exjugador morado, Róger Flores, señaló que esta orfandad representa una oportunidad para que las actitudes de las figuras jóvenes salgan a lucir y eviten la preocupación de buscar quién anime a la afición.
“Esto, en vez de ser una preocupación, representa una oportunidad para que mucho jugador que ya lleva rato en la institución logre tomar ese rol. Hay que darles credibilidad y que demuestren”, afirmó.
Flores agregó que para lograr ser el héroe de la afición solo hay una fórmula, la cual es muy sencilla. “Lo que tienen que hacer es jugar bien, es la única forma, el gol es un plus, pero la calidad de fútbol y dejar la piel en la cancha son elementos necesarios”.
El exartillero Rolando Fonseca fue uno de los que más críticos con la situación.
“En mi época del Saprissa habían 22 ídolos. La gente iba a ver a Erick Lonis, Enrique Díaz, Rónald González, Hernán Medford, Evaristo Coronado, Adonis Hilario, vea todos los que dije, ahora se va Wálter y yo le pregunto al aficionado ¿a quién va a ver?, se perdió eso, ya no hay figuras emblemáticas”, sentenció.
Y es que Fonseca fue más allá y añadió que una de las razones de esta ausencia puede ser que una generación de futbolistas morados que debían tomar el mando, como Cristian Bolaños y Rándall Azofeifa, entre otros partió a jugar al exterior.
“Para bien se fueron del país, pero para mal hay jóvenes que no se han ganado el cariño de la gente, por lo que hay que construir ídolos y rápido. Un referente es una persona atrevida, que se entrega y se esfuerza. Ahorita no hay en el país un ídolo”, dijo.
El “Caballero del fútbol”, Evaristo Coronado, admitió que este mismo efecto se dio cuando él se retiró y que al final como parte un ciclo salieron otros jugadores para llevar la batuta del club.
“Un tanto similar estaban los comentarios cuando yo me retiré, era una generación que terminaba, pero pronto salieron otros jugadores como Alonso, Centeno, Lonis, que empezaron a representar bien al equipo. Esos fueron los nuevos ídolos”, valoró.
Coronado dio más características que debe tener un chineado de la afición, como: mucho carácter para ganarse el respeto de una afición que es muy exigente, hay que tener calidad y sobre todo demostrar que se ama esa camisa”, concluyó.
Otros ídolos
Alex Sánchez, él jugó del 1949 a 1960, fue lateral izquierdo, todo un señor en el terreno de juego, un estilo propio muy marcado.
Fernando Hernández, liderazgo interno y de condiciones extraordinarias. Sin duda, la afición le tenía un gran cariño por su calidad.
Víctor Cordero, es como hablar del Heriberto Rojas de la última época, como ser humano fue un fuera de serie. Además de que su elegancia en el terreno de juego era única.
José Francisco Porras, es una persona de bien y siempre aguantó desde la banca, nunca perdió su carisma y eso lo hizo muy querido.
DOS LOS LLAMADOS
Para muchos dos nombres deben de asumir el liderazgo en el Saprissa porque también son los últimos grandes referentes de este equipo.
“Creo que Douglas Sequeira y Gabriel Badilla son los que tienen que llevar esa responsabilidad, ya que pueden tener esa cercanía con la gente”, comentó José Francisco Porras. Igual criterio tiene otro emblema del club, Víctor Cordero.
Además recomiendan trabajar a jugadores como Juan Bustos Golobio.
