Deportes
Viernes 3 de agosto de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Alajuelense y un inspirado andrade superan a un inocente Belén

Al que madruga, Dios le ayuda

Kenneth Hernández, redactor

kenneth.hernandez@aldia.co.cr

La Sabana.-Hay equivocaciones que reciben un alto precio y más si enfrente se tiene a un equipo como Alajuelense.

Ayer en un gélido estadio Nacional, Belén se durmió en el primer tiempo, dejó que la Liga le pasara el rodillo, cuando despertó, luchó, pero el tiempo se evaporó tan rápido que no le alcanzó.

Los rojinegros consiguieron un jugoso botín en el primer acto que les alcanzó para construir un muro de contención a prueba de intentos belemitas.

Los yerros de los hombres de negro (así vistió Belén) fueron tan graves, que cuando bajó la cortina del capítulo uno el marcador estaba 3-0 en su contra.

Una pizarra grosera si se tomaba en cuenta que aún restaba todo un tiempo por disputar.

Y aunque tenía todas las credenciales de paliza, las revoluciones erizas disminuyeron para terminar con un resultado normal de 3-1 a favor de los alajuelenses.

Figura brasileña...

Anderson Andrade fue el mayor beneficiado de los despistes rivales ya que clavó un par de goles; en el primero, al minuto 16´ le sacó la billetera a Ariel Contreras y bañó al portero Carlos Méndez, imperdonable fallo si se toma en cuenta que el defensor tenía todo a su favor para limpiar el área.

En la segunda diana personal, al 39´, el brasileño tocó de cabeza sin el rigor de una marca fuerte que le incomodara.

Andrade también participó en el otro tanto anotado por Guevara (min. 26) ya que desnudó a dos zagueros y le sirvió la pelota en bandeja para agrandar la ventaja.

La diferencia se convirtió en una maleta pesada para los anfitriones, a los que no les quedó otra ruta que amedrentar a la Liga en el complemento.

Y lo hicieron aunque con una artillería no tan brava para causar estragos absolutos.

Belén abandonó su trinchera y galopó hacia el área de Patrick Pemberton, cuyo muro derribó una sola vez.

Al 56´ la presión de Ariel Rodríguez terminó en un rebote sobre la humanidad de Johnny Acosta que, sin querer, empujó el balón en propia puerta.

Posteriormente hubo amagos de peligro, mas, ninguno tan severo para provocarles migraña a los defensores rojinegros.

Hay que reconocer que Belén se puso “malcriado” en la cancha y batalló para recortar distancias, un detalle que hizo más decorosa su caída al término del pulso.

Mientras, el “León” se preocupó por cuidar la pelota, proteger la ventaja y consolidar a Andrade como su referente en punta.

De paso, quitarse de encima a un oponente que se había acostumbrado a sonrojarlo en el verano pasado.

Esta vez la historia dio un giro de 180 grados, el papel de presa lo interpretaron los dirigidos por Vinicio Alvarado, que acabaron impotentes, y el de cazadores los de Óscar Ramírez, que como bien lo expresa el adagio popular, al que madruga, Dios le ayuda.

Los liguistas madrugaron, anotaron y ganaron, una regla simple pero efectiva.