Quisiera mentirles.
Decirles que la Luna es de queso, que Peter Pan existe y que la “Sele” va directo y sin escalas a Brasil 2014. Quisiera, pero me cuesta.
Si tan solo pudiera escribir un par de “mentiras piadosas”. Decirles que Michael Barrantes está fino en el toque y preciso en los pases de profundidad.
Garantizarles que si a Campbell lo controlan, unos cuantos más tendrán la picardía, la técnica y el atrevimiento para salvar el limitado juego de equipo.
Jurarles que Celso trae un remate de Thor desde de la tierras escandinavas.
Quisiera mentirles.
Decirles que Jorge Luis Pinto puso cara de preocupación el viernes ante Guatemala tan solo como un ardid para El Salvador.
¡¿Y si Saborío la pega?!
Cansado de defenderlo en cada conversación con mi padre, mi hermano, compañeros y amigos, entiendo que a fin de cuentas será el gol, y no su gran trabajo táctico, invisible e insuficiente (sobre todo si la falla a boca de marco), el que me puede dar la razón. Nada, ni nadie más.
Entonces –lo acepto- no llega a mentira; se queda en esperanza.
¡¿Y si el estadio Nacional a reventar al fin se hace sentir?!
Y los jugadores se inspiran… el “Chiqui” hace diabluras… y Bryan Oviedo corre la banda como si ya fuera del Manchester… y la defensa no deja pasar ni al viento, no pestañea en la marca, ni habilita en un descuido al que estaba para posición prohibida… y Navas vuela insuperable en los únicos dos remates permitidos al rival… y salimos jugando… de pie a pie… y el “oole “que va y el oole que viene…
Y si tan solo fue verdad aquello de “miente, miente” que algo queda.
Todo esto, a pocos días de que inicie la eliminatoria ante El Salvador.
Quisiera mentirles.
