Opinión

Esteban Cuvardic, editor

ecuvardic@aldia.co.cr

Ya han pasado algunos días, pero creo que es bueno reflexionar sobre el papel de nuestra Selección en el Azteca.

Luego de la pobre imagen en el partido de ida (0-2), yo creía que la Tricolor iba a ser goleada en México. Pero no fue así (1-0). Hubo cosas que me gustaron y otras que no.

De entrada, me encantó lo osado que fue Jorge Luis Pinto en su alineación, con varias sorpresas en el once titular, e “intocables” que fueron enviados a la banca.

Bien por el señor Pinto, al darle oportunidad a jóvenes que no desentonaron como Pedro Leal o Yeltsin Tejeda, y al banquear a jugadores como Michael Barrantes (por fin).

La lectura que hago es que Pinto salió decepcionado del partido de ida en La Sabana, y, por fin, revolucionó el equipo, mandando un mensaje a los legionarios de que nadie tiene un puesto fijo.

El que no rinda, para la banca, se llame como se llame.

Espero que Pinto continúe con esta fórmula.

Pese a la derrota 1-0 en el Azteca, la Tricolor tuvo un papel aceptable, mejor de lo que todo el mundo esperaba.

Quiero destacar a Keylor Navas y sus dos grandes atajadas en dos cabezazos a quemarropa, a Gabriel Badilla (quien fue el líder en la defensa y debe seguir como titular. Además, me agradó la sinceridad de Gabriel al reconocer que perdió la marca de “Chicharito” en el gol azteca).

No me gustó que a la “Sele” le faltó más ofensiva, se crearon pocas ocasiones de gol, aunque hubo dos o tres acciones interesantes, donde Cristian Bolaños (otra vez en buen nivel) quiso marcar diferencia.

No me gustó la actitud de Joel Campbell cuando fue cambiado. Primero está el equipo. Debe respetar a Pinto.

Pero, en general, me agradó la actitud del seleccionado. Con ese coraje se sacará la tarea en El Salvador. De lo contrario, será un sonoro fracaso.