Cristian Oviedo, jugador de Alajuelense

Los dos goles que le marcó ayer a Pérez Zeledón, tuvieron un doble significado para el volante manudo, Cristian Oviedo.

El número cinco rojinegro no solo volvió a saborear las mieles de una anotación, sino que también logró darle el mejor regalo de cumpleaños a su esposa Gabriela, quien ayer estaba de manteles largos.

“Gracias a Dios le pude dedicar a ella los dos goles, por eso besé el anillo de matrimonio”, expresó el jugador.

En cuanto a su regreso a la formación estelar del “Machillo” Ramírez, el contención agregó que “estas oportunidades hay que saberlas aprovecharlas, hace días no hacía un doblete y estoy feliz por eso”.