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San Isidro del General. - El árbitro Carlos Salazar no había iniciado el partido y el Pérez Zeledón ya vencía a Uruguay de Coronado.
Los isidreños dieron una muestra de “colmillo” y viveza, esa que sólo dan los años, pues gracias a una resolución del Tribunal Administrativo Contencioso del Segundo Circuito de San José, alinearon a sus extranjeros: los argentinos Luciano Bostal y Lucas Martela, así como el panameño Brunet Hay, además contaron con el técnico Miguel Ángel Rossi en el banquillo.
Triunfaron 2-1 gracias al ché Bostal, al 23, luego que Erick Scott adelantó a los visitantes al 4, mientras que el defensor Francisco Calvo al 51 decretara el segundo y definitivo tanto generaleño.
Legal pero no moral dirán algunos, pero como decían en el programa La Patada, de Parmenio Medina: “aunque el fútbol se juegue a patadas y manotazos, sigue siendo un asunto de cabeza”.
Pérez y su dirigencia le hicieron más “coco” al asunto, encontró el portillo legal, dribló la letra menuda y hasta a una funcionaria de migración que se presentó al estadio para verificar la legitimidad de la resolución. No solo ganaron 2-1 en la cancha, sino que golearon a la directiva de uno de los benjamines del campeonato.
Vinazo
Se comían las uñas
En la gradería, Josef Miso, asistente técnico, y Camilo Aguirre, delantero sureño, se comían las uñas observando a sus compañeros en la cancha.
Miso, eslovaco, y Aguirre, colombiano, fueron los únicos foráneos que no pudieron hacer su labor.
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