Que clase de desmadre la de estos guyaneses. De verdad no sabían en la que se metieron al clasificar a esta ronda de la eliminatoria.
Ayer entregaban las acreditaciones y no aparecía la información que con varios días de anticipación enviamos y en mi caso ni las fotos tenían.
“Yo le voy a tomar la foto”, me dijo Andrea, quien está a cargo de entregar la credencial, pero no pudo darmela, porque la persona que confecciona las acreditaciones las hace en otra oficina.
Otro colega le explicó que antes del 31 de mayo envió la solicitud y Andrea dijo: lo siento a ese correo no tengo acceso.
¿Para qué encargan a alguien de una función, donde ni siquiera puede abrir un correo electrónico?
Esa oficina era un desmadre, papeles por un lado y otro, cualquiera agarraba las acreditaciones, las miraba y hasta se las podía llevar.
“Mi credencial”, le preguntó alguien a la joven, quien pelaba los ojos como vaca viendo pasar el tren. “No sé, yo creo que alguien vino y se la llevó”, contestó.
Por dicha esa muchacha no entrega cheques o paga planillas, pero con ese enredo, bien podría trabajar en el gobierno tico, tal vez en el MOPT, donde varios ya se embarraron la mano con la Trocha.
Pero entre tanto despelote, lo vacilón es que Andrea hablaba como chachalaca, esas aves, cuya principal característica es emitir un repetitivo grito o graznido.
Eso de chachalaca (ojo es chachalaca, no “checha”) les suena conocido, en Costa Rica hay mucha gente que habla sin parar, tal vez un familiar, o el compañero de trabajo que tiene a la par.
Tuve que decirle, despacio, despacio, no le entiendo. Yo no me muero de hambre si debo hablar inglés, me defiendo, pero como decía el Chapulín Colorado, qué bruto, qué bárbaro, cómo habla este carajo, nada de eso, menos si meten ese patuá que aquí utilizan.
Casi agarro una hoja o algo para darle aire a la negrita, por poco y estira la pata con ese palabrerío a mil por hora.
Ahhh y mi acreditación, no me la dieron, me dijo Andrea que hoy, pero tal vez la tenga lista mañana, cuando yo haya regresado a Costa Rica.