Todavía no ha pasado el furor por el ascenso al Monte Everest, pero Warner Rojas ya empieza a planear su próximo reto.
El montañista nacional, quien el pasado 24 de mayo llegó a la cima del mundo (8.848 metros de altitud), regresaba hoy a los entrenamientos en su natal Escazú.
Aunque todavía no ha conversado bien con su familia de su próxima aventura, Rojas no quiere perder tiempo ni y mucho menos su condición física.
“Realmente no hemos tomado una decisión pero me gustaría ir a Ecuador este año para realizar un curso de escalada en hielo, es muy técnico y finalizaría subiendo una o dos montañas en este país”, dijo el tico, quien también comentó que la empresa con la que hizo su hazaña, Jagged Globe, lo invitó a escalar una en Nueva Guinea.
“Mañana en la madrugada voy a entrenar dos horas, voy a empezar por Pico Blanco y voy con un poco de peso, es parte de un entrenamiento que estoy haciendo con unas personas que quieren subir una montaña”, detalló.
No se lo esperaba
Rojas, quien estará hoy a las 10 a.m. compartiendo con los cibernautas de Al Día, confesó que se siente extrañado por el cariño que le ha mostrado la gente en los últimos días. “Ha sido muy lindo y un verdadero honor esta respuesta de la gente, no tengo palabras para agradecer tanto aprecio, es extraño para mí porque no estoy acostumbrado a esto y realmente me ha impactado”.
El escalador nacional estuvo ayer en una actividad en el Instituto Costarricense de Seguros donde le entregó una piedra del Everest a la presidenta de la República, Laura Chinchilla y a Guillermo Constenla, presidente de dicha institución.
“Ella me dijo que no se esperaba ese detalle, que estaba muy agradecida pero que había sido suficiente regalo lo que ya había logrado”, finalizó Rojas.
