Deportes
Martes 12 de junio de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Residentes más numerosos de participantes en Eurocopa

Españoles golean en Tiquicia

Franklin Arroyo

farroyo@aldia.co.cr

Viven la Eurocopa en casa ajena, pero no por eso dejan de sentir misma intensidad que si estuvieran en su patria.

En total, 11.780 europeos de las naciones participantes, están registradas como residentes en nuestro país. Españoles y alemanes son la mayoría entre los 16 países. Curiosamente, son las dos selecciones favoritas. Según el registro, los habitantes de la Madre Patria son 2.701 y los alemanes 2.430. En el otro extremo, aparece Croacia, con 13 personas y Grecia, con 22, según la Oficina de Migración y Extranjería, con corte al 31 de marzo.

Griegos respiran el título otra vez

Como hace ocho años, pocos cree como Konstantinos Christosileas, creen que Grecia tenga opción de llegar al título de la Eurocopa.

“Vamos a ser campeones. Mire, es igual que hace ocho años, cuando fuimos campeones. Jugamos el partido inaugural contra el local, en aquella ocasión ganamos”.

No es todo. Christosileas asegura que la mala fama que tiene Grecia, consecuencia de la grave crisis en que está sumida Europa y que inició en esa nación, hace que los jugadores se llenen de orgullo. Ya lo demostraron en el debut, con un empate a un gol contra Polonia, con un hombre menos. Incluso, fallaron un penal que significaba en ese momento el 2 a 1. “Tenemos buen conjunto, además, todos juegan afuera y eso sube el nivel de los jugadores.

Nuestro nombre está “bajo” en Europa, pero una buena actuación subirá nuestra autoestima”, dice Christosileas, comerciante que hace 20 años vive en nuestro país, donde se casó Jexsy Anchía Varela. Sus hijos son Dimitris, de 9 años y Angelos de 8.

Aquí encontró amor

Jakob van Ewijk es un holandés que encontró el amor de su vida en Costa Rica y hace ya 32 años vive entre nosotros.

El europeo disfrutó el encuentro entre Holanda y Dinamarca el sábado pasado, en el Jazz Café, Escazú, y no salió contento con la actuación de la “naranja mecánica”.

Pero dijo que en Costa Rica encontró la felicidad, al encontrarse con su mujer, Flor Quesada, con quien tiene dos hijos: Ana y Wálter Gustavo.

“Vine en el 75, a la boda de un amigo. Yo trabajo en barcos, me gustó el país. A los dos años, regresé para casarme con mi mujer”.

La idea era simple. Irse a vivir a Holanda, pero el mal de patria se hizo presente.

“Estuvimos dos años en Holanda, pero a ella le dio el mal de patria y nos regresamos hasta la fecha”, expresó el holandés.

Ewijk disfruta de la tranquilidad y la paz de Costa Rica y porque puede dedicarle mucho tiempo a sus hijos y a su señora esposa.

Ni estaba enterada

Jaena Matsunaga, de Polonia, ni siquiera sabía que había Eurocopa, ni que Polonia era una de las sedes.

Menos pudo dar referencias de jugador alguno o de al menos decir un rival de su Selección, pero deseó la mayor de las suertes al equipo y dijo estar muy orgullosa que su país albergue un torneo tan importante.

Ella vino atraída por el crudiveganismo. Una doctrina que consiste en comer frutas y verduras, pero solamente crudas.

La primera opción fue Hawaii,pero no tiene la visa americana. La segunda era Costa Rica y se vino desde su nación para vivir en nuestro país bajo esa doctrina. Hace quince días, aproximadamente inició su aventura.

Pero un percance apenas llegando a nuestro país, con los amigos de lo ajeno, la dejaron sin sus pertenencias. Esa circunstancia la llevó al Consulado de Polonia y allí la encontramos, en plena Eurocopa, tratando de llegar a las montañas de Limón y unirse a la comunidad.

Viva Shevchenko

Para la ucraniana Lyuba Koubas, Andriy Shevchenko representa el espíritu combativo de la Selección de su país. “Espero que Ucrania pueda ganar. Muchos en Costa Rica pueden ir con Ucrania por Shevchenko. Es un hombre atractivo, en Ucrania, muchos niños se llaman Andriy”.

También conoce a Andriy Pyatov, guardameta ucraniano, de quien espera grandes cosas. “Es un grupo difícil. Creo que Inglaterra es el más duro de todos, pero una vez Ucrania le ganó”, dijo.

Koubas tiene doce años de vivir en Costa Rica. Se vino porque su hija única se casó con un costarricense. En nuestro país tiene a su hija y a su nieto y los ingredientes para cocinar lo que comen en Ucrania.

“Pero a mi me encanta la comida de aquí. Me gusta el pinto y los tamales. Estoy esperando que sea diciembre siempre”, dijo.

Añade que el clima es muy favorable, pues en Ucrania, en invierno, el termómetro marca hasta 25° bajo cero.

El mar trajo al vikingo

Jan Martin Nielsen, Cónsul de Dinamarca en Costa Rica, llegó a estar tierras por el mar, pues trabaja para una naviera de aquella nación.

Encontró, como en tantos casos, el amor de una costarricense y se casó. Ahora vive feliz con su esposa y sus hijos.

“Vine en el 94, divorciado de Dinamarca y trabajando en una naviera. Luego de un tiempo, la embajada se fue a Nicaragua y buscaban a una persona para Cónsul y el Gobierno decidió escogerme a mi”, dijo.

De fútbol confiesa no saber mucho, pero sabe que Alemania y Holanda tienen mucha tradición.

“Bueno, nosotros también. Ya ganamos una Eurocopa y porque no podemos otra vez. Hay buenos jugadores y participan en equipos fuera de Dinamarca, lo que hace que el nivel de ellos sea muy bueno”, explicó.

Dice que, como es hombre de mar, no extraña gran cosa de Dinamarca y que ya se acostumbró a Costa Rica.