Futbolista
Después de más de diez años de no ingresar al Parque La Sabana, lo hice el miércoles pasado y me sentí muy contento de que ese inmenso lugar con sello costarricense, fuera el punto de partida de la pretemporada para el próximo campeonato que enfrentaré en Inglaterra.
Cuando David Cosgrave, fisioterapeuta que envió el equipo Fulham a Costa Rica, me dijo que lo primero que haríamos era un trabajo físico ligero para probar mi pie izquierdo, pensé en La Sabana porque es un lugar al que tenía pensado volver y esta era una buena oportunidad para hacerlo.
Le dije a David que íbamos a un lugar público, al parque recreativo más grande del país, con 70 hectáreas de un ambiente natural, con canchas de fútbol, baloncesto, de voleibol, softball, una pista de atletismo, gimnasios y es donde está el nuevo Estadio Nacional.
Metí el carro, nos bajamos frente a unas de las canchas y recordé cuando entrenaba en este lugar con el equipo del Proyecto San José de la Liga. Las vueltas que da la vida, este lugar fue parte de mi formación y pude volver ahora que alcancé mis sueños.
Cuando llegamos comenzamos a entrenar, lo que no le dije al fisioterapeuta fue que las canchas no eran profesionales. Volví a una cancha llena de “piñones” de zacate y lo mejor de todo es que David no arrugó la cara, corrimos como si estuviéramos en las canchas del centro de entrenamiento del Fulham.
Se acercó gente para tomarse fotografías y pedir autógrafos y eso es parte de lo que me motiva, porque sentir el aprecio y la admiración de la gente es mi gran impulso.
Lamentablemente no todo fue positivo, porque observé mucha basura tirada en las canchas y en la calle. Eso sí me dio mucha pena con David, porque es el reflejo de nuestra cultura y ahí quedé mal.
Espero volver pronto con más tiempo para observar el lago y comerme un copo, pero que la basura ya no sea parte de este lindo lugar.
