Deportes
Domingo 27 de mayo de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Columna de opinión

El ocaso de los “divos”

Antonio Alfaro

Editor

Odiados o amados, pero nunca vistos con indiferencia, así son las figuras y los divos. “Paté” Centeno es uno de ellos, no sé cuál con exactitud.

Quizás ha sido un poco de esto y otro tanto de lo otro (y también viceversa), desde el muchacho sencillo de un barrio humilde de Tibás, el tímido volante sacado de Belén para enfundar la morada (es difícil recordarlo en esa versión), pronto convertido en el orgullo saprissista, el legionario que le anotó al Real Madrid en el Bernabéu o el hijo pródigo, de vuelta casa con “look europeo” (sandalias, pescadores blancos, bolso guindando a un costado), quizás nada de otro mundo al otro lado del charco, tildado entonces de “afeminado” por más de uno en Tiquicia, cuando el término “metrosexual” apenas empezaba a reinvidicar al hombre vanidoso (“un nuevo concepto de lo masculino” -escribía el diario español El País en enero del 2004).

Beckham se convirtió en el abanderado mundial y el “Paté” entró (y no ha salido hasta la fecha) en el grupo de futbolistas que generan cometarios por el “planchado” del cabello o los pases a gol, las camisetas talladas o los tiros libres magistrales, además del porte en la cancha que asumen algunos que se creen buenos, caminan como buenos y son buenos.

Dejando de lado las visitas al salón de belleza, intrascendentes a la hora de las valoraciones futbolísticas, Centeno, de lo mejor que ha tenido nuestro fútbol en los últimos 15 años -y me atrevería a decir que en la historia- vive un ocaso propio de quien ha ganado nueve títulos, ovaciones y antipatías. Su talento venía alternándose con minutos de imperceptible presencia y aunque aún tiene calidad para adueñarse del mediocampo morado en momentos para la maña y la pausa -ya no necesariamente de titular- difícilmente hubiese podido jugar ese papel. Se va a tiempo. Y hablando de fútbol, puede hacerlo sin despeinarse.