Opinión

JulioRodríguez B.

Periodista

Este fin de semana pasado explotó el futbol en todo el mundo, desde el sosiego del hogar de Eduardo Rodríguez, herediano, de 103 años, hasta las cumbres de este deporte en grandes ciudades en Europa, México y América del Sur.

Eduardo Rodríguez ha vencido el siglo y ha sido testigo de todos los acontecimientos e hitos del futbol nacional. Ahora espera coronar su vida con el vigésimo segundo campeonato de su Club Sport Herediano, si derrota al Santos de Guápiles. Un caso excepcional, como la noche del sábado en Heredia. En la misma ciudad Paulo Wanchope, herediano, siguió, paso a paso, el domingo pasado, el partido épico entre su club inglés, el Manchester City, que conquistó el cetro tras 44 años de espera, al vencer al Queen´s Park Rangers en los últimos segundos del partido. Los ingleses se postraron ante la grandeza del Kun Agüero, argentino, y se olvidaron de Las Malvinas.

Wanchope, a la vez, saboreó también, ese domingo, el triunfo de su equipo, Uruguay,

frente a Ramonense y se enfila a la primera división.

La Universidad de Chile, a quien ahora califican como el hermano menor del Barcelona

de España, por su deslumbrante exhibición en Santiago de Chile, inundó de gozo y arte a los chilenos. El Santos, de Brasil, encadenó, por primera vez en 43 años, de la mano de Neymar, tres títulos del campeonato paulista, y el Santos, de México, culminó, en los minutos finales, como el Manchester City, el paso a la final contra Monterrey. Y en

Francia, Shirley Cruz, tica, se coronó campeona de Copa con el Olympique de Lyon,

en procura, ahora, con contenida emoción, de los trofeos la Champions y la Liga francesa.

El futbol recorre el mundo repartiendo alegrías y emociones. Pienso en los pobres del mundo que solo cuentan con estos momentos para festejar y olvidar sus penas. Bendito seas, oh futbol amado.