Con la bandera británica en los zapatos, el pantalón de licra y la camiseta, a aquella dama solo le faltaba la ropa interior con el fervor patriótico. A lo mejor sí la tenía, pero temí preguntarle.
En todo caso, da igual. La fiebre la llevan por dentro y por fuera, la muestran de todas formas, en la mejilla pintada de una aficionada, en las banderas amarradas al cuello como capas de Supermán, en las tiendas exclusivas del “Team GB” (como le llaman al equipo británico), en la banderita obsequiada con la compra del periódico The Telegraph, en las pulseras que un senegalés vende en las afueras del Parque Olímpico, en el disfrazado de superhéroe cuya misión parece salvar a las guapas y medio puestas al camino de otros malechores o al menos pegarles un “apapachado” abrazo.
Cada quien lo expresa o lo aprovecha a su manera, pero el compartido fervor británico parece igual o mayor al del recién celebrado Jubileo (los 60 años en el trono de la reina Elizabeth II. Aflora el orgullo por partida doble: son el corazón del mundo por dos semanas y sus atletas están sumando la mayor cantidad de medallas después del glorioso 1908. Por ahora 25 oros, 15 platas y 17 bronces. Y faltan.
Conformada en 1707, cuando Escocia e Inglaterra (incluyendo Gales) unieron sus monarquías, con la posterior inclusión de Irlanda, Gran Bretaña parece palpitar la misma pasión. Ni siquiera en los mundiales de fútbol se unen, donde a los ingleses parece importarles poco que los escoceses no tengan un Lampard, un Gerrard, ni un Rooney.
Pero si trata de la Reina... ¡Dios salve a la reina! Y me salve a mí, si digo que aún no sé de qué sirve la monarquía, además de atraer turistas con ganas de ver el cambio de guardia, el Palacio de Buckingham y a los soldados con sombrero de piel de oso... Y si le añadimos los Juegos Olímpicos, más estos, en su casa, los británicos son británicos (no escoceses, ni ingleses, ni galeses, ni irlandeses). Murray no es escocés sino el protagonista del soñado triunfo británico, como Ryan Giggs no es galés.
Es raro ver entre los aficionados una bandera de Inglaterra (la blanca con la cruz roja en el centro), ni se asoma la escocesa (la azul con la cruz blanca, como una “equis”) y ni se piense en la de Gales (blanca y verde con un dragón rojo en el centro). La que ondea y da colorido a los Juegos es la llamada “Union Flag”, que integra las banderas de sus países, la misma de los zapatos, de la mejilla pintada y del “enlicrado” personaje al rescate de las damas.
“No nos fijamos en las estadísticas”
“No hay ningún tipo de rencor”
Joel pierde terreno en la titular
Alvarado va contra Samuel Eto’o
Antonio Conte suspendido 10 meses
Mancini pide que le hagan fichajes
Luis Fdo. Jiménez, de Canal 6 en Londres: “no me gustan los ...
Francés va por su tercer título
Montoya con el turno de destacar
Medias y guantes le dieron suerte
Estados Unidos aplastó a Argentina
Corea gana bronce a su archirrival
Bolt no busca la más rápida del planeta