Franklin Arroyo

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Puntarenas. Para Maykol Ortiz, el juego de mañana no es una revancha, ni la oportunidad de demostrar el talento que tenía a su antiguo equipo.

Simplemente, es una nueva oportunidad que Dios le da para seguir creciendo como futbolista.

“¿Demostrar?... todo el mundo sabe mis condiciones, tengo que sacar provecho , todavía me falta mucho por recorrer y mi mentalidad es mejorar cada día y las cosas vendrán”.

“No es una revancha. Como todo jugador, uno siempre quiere jugar con los grandes y si se me da la oportunidad, trataré de hacerlo de la mejor manera”.

Ahora vive un buen momento con Puntarenas, donde llegó incluso, con baja forma física, debido a un desfase con sus compañeros, según el preparador físico, Victorino Quesada.

“Vino con tres semana de atraso, pero tiene buena actitud, no arruga la cara. Hace lo que tiene que hacer a conciencia”.

Incluso, Quesada dice que no ha dado muestras de indisciplina, uno de los temas que se le achacó.

Hasta fue detenido, supuestamente, manejando en estado de ebriedad, el 16 de mayo pasado, en Jacó.

“Veo este paso por Puntarenas como una oportunidad más que Dios me da. Es volver a empezar de cero”, dice Ortiz.

Al respecto, Quesada fue muy claro.

“Aquí ha estado a la altura y en buena hora para él. No ha habido problemas. Le asentó bien el puerto, él es de aquí, sabe lo que puede dar y los compañeros lo han recibido bien”, expresó.

Ortiz se siente comprometido a la causa porteña por ser uno de los jugadores más experimentados, pese a sus 24 años.

“Tengo bastante de estar en primera, soy de los más maduros y en este grupo hay gente que casi no ha tenido roce. En la cancha, soy diferente, siempre quiero ser el mejor”.

Su reencuentro con sus ex compañeros no lo genera presión alguna.

“Me llevo bien con algunos jugadores. No es la primera vez que enfrento a Saprissa y estoy feliz por eso”, finalizó.