Deportes
Sábado 11 de agosto de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Mañana intentará superar el 2:17.49 de Molina en Atlanta 96

El atleta de Dios

Antonio Alfaro

analfaro@aldia.co.cr

Londres. -Mañana es el reto, posiblemente la hora de sufrir, pero esta noche, en calma, sin temerle a su intento de lograr la mejor marca tica en una maratón olímpica, César Lizano se pondrá con Dios.

Encenderá su computadora y dará “play” al vídeo: corre un hombre a buen paso, la cámara enfoca solo sus pasos en un polvoriento camino, se oye la respiración agitada de una voz que dice: “el sonido de mis pies sobre la tierra, se han convertido en una forma de expresión, en ocasiones cada paso viene a representar palabras de una oración... el correr me permite alejarme de todo y encontrar la soledad que a veces es tan necesaria... más que un ejercicio, el correr se ha convertido en un lenguaje, una manera nueva de comunicarme con Dios y un canal para qué Él se comunique conmigo... Ya han sido cientos de horas y miles de kilómetros practicando esta nueva forma de comunicación... he escuchado su voz... se convierte en mi amigo”.

La introducción de “Ayer te vi”, la canción de Jesús Adrián Romero, irá poniendo punto final a la preparación de César Lizano. Sus piernas ya están listas, su mente también y el espíritu terminará de darle el impulso.

Pretende correr la maratón en dos horas con 15 minutos, pese a que su tiempo de clasificación fue de 2:17.50, apenas diez segundos dentro del límite para clasificarse a Londres 2012. Pretende superar el 2:17.49 de José Luis Molina en 1996. Pretende apegarse al consejo de su entrenador: correr al inicio con la cabeza (a 3:12 el kilómetro) y al final con el corazón (aunque sea tan solo aguantar el cansancio y mantener el ritmo). Pretende hablar con Dios.

Cabeza y corazón a prueba

“César tiene que correr los primeros kilómetros con la cabeza y los últimos con el corazón”, señala el estadounidense Mario Fraioli, entrenador de Lizano.

Los kenianos, los etíopes y demás “monstruos” de la maratón saldrán a un ritmo de locura, pero César deberá tener “paciencia en la primera”, según enfatiza el estratega.

No es fácil, como ya experimentó Gabriela Traña. Pese a tener una estrategia similar, a la hora de llegada se vio saliendo más rápido de lo planeado, según admitió, arrastrada por el fuerte ritmo del grupo.

Fraioli espera que su pupilo lo logre controlar, fiel a la característica de ser muy constante durante toda la carrera.