Londres, Inglaterra/AP.- Después de haber entrenado a la vera del lago Titicaca, una gotita de agua fue el nervio motor de la boliviana Claudia Balderrama ayer en la marcha de los 20 km.
Balderrama terminó en el puesto 33, más que satisfecha porque cumplió con sus objetivos de concluir la prueba y mejorar su propia marca.
Pero si no hubiese sido por una gotita de agua color celeste, muy difícilmente la boliviana hubiese terminado la marcha que ganó la rusa Elena Lashmanova (oro), escoltada por su compatriota Olga Kaniskina (plata) y la china Lui Hong (bronce).
Esa gotita en un papel la dibujó su sobrina Britani, de siete años, quien se la regaló a su tía Balderrama antes de su viaje desde La Paz hacia Londres.
Mi sobrinita me dijo: “tía, te regalo esto y llévatelo que te va a dar suerte”, recordó Balderrama, emocionada.
Y así fue, cada vez que aflojaba me acordaba de ese regalito y volvía a recuperarme, dijo la marchista de 28 años, que viene de un pueblo minero en el sureña región de Potosí y es de un origen modesto.