A Mónica Santoro, la primogénita de Romario, aún la llaman Moniquinha.
Debe ser por eso, precisamente, que una revista brasileña le ha ofrecido posar desnuda en su portada a cambio de un buen puñado de dinero.
Pero ella ha dicho “no”. “No ha sido a causa de mi padre. Ha sido por mí misma. Creo que me inhibiría”.