Los seleccionados de Fútbol Sala y próximos mundialistas en Tailandia 2012, deben estudiar y trabajar para subsistir.
Al no ser profesionales, los jugadores tienen que ingeniárselas para ayudar a sus familias, mientras combinan su pasión por el Fútbol Sala en los equipos de la Liga Premier de nuestro país.
Así es como el arquero titular, José Toruño, labora como encargado de una bodega y es compañero de trabajo de Edwin Cubillo.
Diego Zúñiga
es dependiente en las tiendas T Shirt, patrocinador del equipo donde juega, mientras Jorge Arias, quien anotó tres goles a St Kitss and Nevis, es taxista. En el caso de Marco Carvajal, es comerciante y estudiante.
Aaron Jerez, el “2” de la Tricolor, labora en Acueductos y Alcantarillados (AyA) en las cuadrillas, resolviendo las fugas; Junior Rodríguez es uno de los encargados de servicio al cliente en el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE); Luis Fernando Paniagua es promotor del Comité Cantonal de Deportes de Heredia, y Michael Córdoba labora en una empresa de transportes.
Estudiantes
Los más jóvenes se dedican a estudiar como son los casos de Daniel Carrera y Christopher Molina, quienes está sacando el bachillerato por madurez.
Erick Brenes cursa la carrera de ingeniería de sistemas, Álvaro Santamaría se forja su futuro como estudiante de farmacia y José Guevara en educación física.
Ninguno de los jugadores actuales tiene un salario fijo en sus equipos.
