Deportes
Miércoles 8 de agosto de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Goleadas sin goleadores

Amado Hidalgo, periodista

redaccion@aldia.co.cr

El inicio del futbol nacional puede alegrar a muchos, sobre todo a los que gustan de la abundancia de goles… Pero a mi me preocupa, porque pasan los veranos y los inviernos y recrudecen los males defensivos de un balompié de Tercer Mundo.

La mayoría de goles locales son producto de errores evidentes de los zagueros, que no dominan el ABC de la marcación en el área.

Por arriba son un fracaso, pues casi siempre los despista el más mínimo movimiento del atacante, sino es que en el forcejeo por agarrarlo se olvidan de la pelota y no pueden verla cuando baja sobre la cabeza del delantero.

Por abajo ni qué se diga… Faltos de reacción para reventar el esférico cuando aterriza en el área, igual son incapaces de seguir al atacante cuando éste engancha para perfilarse al marco.

Como dicen en el argot futbolero, se regalan con facilidad. La estadística no miente: los tiros libres y de esquina son el alimento de la mayor cantidad de anotaciones y en la mayoría se impuso el error a la virtud.

Muchos equipos se pasan defendiendo 90 minutos y en la agonía, cuando creen haber cosechado lo justo por su batalla amurallada, un despiste acaba en un segundo con muchas horas de trabajo y de pizarra.

En un torneo sin goleadores, no se entienden las goleadas. Los líderes en el departamento terminan con raquíticos porcentajes de anotación y cuando hay que vestir a un delantero con la camiseta tricolor, ninguno de los que juega en el campeonato local acumula méritos para ser indiscutible.

Saborío, con todo y su pésimo manejo con los pies, convoca las opiniones expertas para acompañar a Bryan Ruiz.

En ese desierto ofensivo, la lluvia de goles no tiene razón de ser. Mal haríamos en aplaudir la abundancia en las redes, cuando el camino es un escenario triste de soldados caídos sin ofrecer una resistencia digna.