Londres. - Cuida no pesar ni un gramo más de 73 kilos, lee libros como “Caldo de pollo para el alma” y la noche anterior de la pelea se imagina triunfando.
“Y una hora antes lo único que hago es motivarme a mí mismo y creérmela”.
Amuletos no tiene. “El único amuleto es mi padre”. Don Omar Murillo, entrenador de judo, es en quien Osman confía para las indicaciones técnicas.
Él es parte de los secretos de un judoca creyente en la preparación mental tanto como en la física, técnica y táctica.
Mañana espera echar mano a todas sus armas cuando enfrente al egipcio Hussein Hafiz en un combate a todo o nada, como todos en primera ronda de los Juegos Olímpicos: el ganador continúa y el perdedor se devuelve a casa. Osman necesitará más que “caldo de pollo” para meterse entre los mejores 32 de Londres 2012. Él asegura estar “súper bien preparado”, con entrenamientos a doble sesión en la última semana, tan solo cuidando el peso para no pasarse de los 73 kilos, límite máximo de su categoría.
“Uno no puede pasarse un gramo”. El pesaje se da el mismo día de la competencia y quien se exceda quedará eliminado sin ver acción, un error que él no se permitiría por nada en el mundo, pese a que en Costa Rica alguna vez le pasó. “Allá no hay problema, porque simplemente uno compite en la siguiente categoría, pero aquí no se puede”.
Aunque hace unas semanas estaba pesando tres kilos más, algo normal en los judocas, según explica, desde el viernes ya había logrado controlar la batalla con la báscula. “Lo vengo trabajando desde los últimos 22 días”.
Cenas más livianas, nada de papas o pan en los últimos días, varias comidas pequeñas al día como barras de granola y aguantar las tentaciones que le plantea un enorme comedor en la Villa Olímpica, le alcanzaron a Osman para ponerse en su punto.
Momentos
Lector Agresivo en sus combates, el judoca costarricense acostumbra leer libros de autoayuda. A él le gustan los de Jack Canfield, el autor de “Sopa de pollo para el alma”, “Chocolate caliente para el Alma”. “Uno tiene que aprovechar el tiempo libre”, añade. Por eso en su maleta nunca falta algo para leer y preparar la mente tanto para las peleas como la vida.
Uniforme Osman está estrenando “judogui”, como se le llama al uniforme de judo. Lo compró antes de los Juegos en España, donde estuvo preparándose. Aunque asegura que a veces es mejor un uniforme viejo, que ya está almoldado al cuerpo, no cree que vaya a ser un factor determinante. El nuevo lo siente muy bien.
A romper el muro
Ocho yudocas ticos han combatido en los Juegos Olímpicos, pero todos han quedado eliminados en la primera pelea. Es hora de romper ese muro, se dice para sí mismo Osman Murillo.
“Quiero hacer algo histórico para este deporte”.
No será nada fácil, según admite con una mezcla de confianza y realismo, que incluso lo lleva a admitir que el judo costarricense apenas está para pretender una victoria, cuando mucho dos en el nivel olímpico. Medallista de oro en Juegos Centroamericanos y de bronce en los Centroamericanos y del Caribe 2012, Osman por ahora solo piensa en la primera pelea.
Su rival, Hussein Hafiz, no está entre los mejores del mundo, pero el judo egipcio es de los mejores de África, junto a Ghana y Camerún. No llega al nivel de europeos, pero es similar a lo mejor de América.
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