Londres.- El pedalista colombiano Rigoberto Urán, pasó de vendedor de lotería a ganar la medalla de plata en ciclismo de ruta, de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
El palacio de Buckingham no se le olvidará nunca porque fue testigo de su segundo puesto, pero sus orígenes no están precisamente rodeados de glamour, pues ha tenido que luchar contra la corriente a golpe de pedales.
Una bicicleta que le regalo su padre antes de morir, se convirtió en el vehículo que le ayudo a seguir pedaleando con fuerza pese a las adversidades.
Su padre fue asesinado en uno de los momentos duros de los enfrentamientos entre guerrilla y paramilitares, por lo que “Rigo” tuvo que ponerse a trabajar desde muy joven.
Su progenitor tenía 52 años, él apenas 14 y le tocó asumir el papel de locomotora de una familia destrozada, teniendo que trabajar a muy temprana edad para mantener a su madre y a su hermana, heredando el trabajo de su papá, vendiendo boletos de lotería por las calles
Urán trabajaba, estudiaba y entrenaba con la bicicleta, inventando el tiempo que no tenía.
Todo ese sacrificio se vio recompenzado ayer, cuando el cafetero escribió su nombre entre los grandes del ciclismo.
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