Individualidades en muchos lapsos del partido Ante El Salvador marcaron diferencia pero no alcanzó

Esteban Valverde e Isaac Zúñiga

esteban.valverde@aldia.co.cr

La Sabana. - La Selección Nacional dejó dudas y algunas pocas satisfacciones en su primer encuentro eliminatorio, por lo que el mar de dudas ya se está convirtiendo en océano, con pequeños salvavidas a lo lejos, los cuales destacan por su capacidad individual lejos de lo grupal.

En Al Día analizamos los “pros” y “contras” que se le vieron a la “Sele”, elementos positivos que hay que pulir, y negativos que hay que corregir en una lucha contra el tiempo. Costa Rica tuvo un arranque prometedor, las dos esperanzas ofensivas cumplieron: Joel Campbell y Álvaro Saborío tenían a la “Sele” ganando 2-0 en menos de 15 minutos.

Pero luego de ese comienzo que pareció arrasador, llegaron los “horrores de la noche”, ¡qué clase de desconcentraciones comete nuestra defensa!, bien lo apunta el asistente técnico de Jorge Luis Pinto, Luis Marín, en lo táctica no se falla, pero la mente de los guerreros que tenemos atrás no está siempre con la escuadra patria.

“Lo que pasa es que son errores de descuido, los dos goles que recibimos fueron muy infantiles, no se está atento y son descuidos como mentales, pero hay que ser sincero que preocupa porque ya ha pasado en juegos seguidos como contra Guatemala y ahora”, señaló con frustración Marín.

Celso Borges no lució mal como conductor de la representación tica hasta ese minuto, se mostró, se combinó y dio buena imagen, el problema fue que desapareció, es cierto le faltó que lo apadrinaran Barrantes y Azofeifa, que estaban muy lejos de aquellos que recuperaron balones ante Gales y España, esos tractores que se encararon más de una vez ante Ronaldinho también.

Al minuto 70 volvió a aparecer el sacrificado de Saborío, es claro que se comió dos anotaciones muertas, pero que entrega de jugador, salió con un labio roto, pivoteó al menos 10 balones de gran manera y puso de cara al marco a Joel, quien con su picardía marcó diferencia, pero no puede solo.

Lo bueno pasa mucho por lo individual

En el medio del campo, Celso Borges logró llevar las riendas del equipo durante el primer tiempo del partido.

El jugador del AIK de Suecia mostró condiciones interesantes para convertirse en el manejador de la Selección, sumó sociedades que causaron peligro en el área salvadoreña, sobre todo con los volantes por afuera y el mixto, que era Michael Barrantes.

El juego de los laterales parece ser una de las fortalezas de Jorge Luis Pinto. Con el regreso de José Salvatierra la Nacional ganó profundidad y mucha proyección por la derecha, esto le permitió a Bryan Oviedo saber manejar mejor sus cargas. Importante destacar el regreso de Salvatierra, aplicado en la marca y con llegada al área contraria.

La intensidad ofensiva con la que se cerró el partido es digna de destacar, a los jugadores se les vio entrega por buscar el resultado. Se llegó en al menos cinco ocasiones con mucho peligro en los últimos diez minutos lo que comprueba la agresividad que tuvo la escuadra para terminar y buscar la anotación, esto sin importar el cansancio y desgaste que había provocado la posesión de balón de El Salvador luego de su segundo gol.

Álvaro Saborío adquirió el papel de héroe en ofensiva, el artillero respondió con una anotación y pudieron ser más. Su juego como dicen muchos es silencioso y normalmente solo se recuerdan sus fallos, pero ayer fue de los que más patadas recibió. Sin duda sus ansias por dar la victoria le pasaron la factura en dos ocasiones, pero es un peón único en la cancha.

El carácter impuesto por el juvenil Joel Campbell dio una esperanza al futuro, ya que el delantero tico muestra que tiene ambición y enfrenta sin temor. Cuando lo probaron con pases a profundidad, el jugador costarricense sacó ventaja de su individualidad en el uno contra uno, pero sobre todo de su velocidad. Joel cumplió con la anotación y junto a Saborío le dio mucha fuerza a la ofensiva.

¿Dará tiempo para corregirlo?

El centro de la defensa fue un desastre. Michael Umaña estuvo fatal, lento, no impuso respeto a sus adversarios, propició el gol del empate de El Salvador. A Roy Miller le faltó confianza, fue displicente en la marca. No le generaron seguridad a Keylor Navas ni al resto del equipo. Por los laterales pese a que no se sufrió tanto, si careció de mayor proyección al ataque por la banda derecha con José Salvatierra.

La media cancha fue otra de las líneas que no funcionó a cabalidad. Michael Barrantes fue muy intermitente, sumamente impreciso, se dio cuatro gustos perdiendo balones. Rándall Azofeifa le hizo segunda, les faltó ser más agresivos en la marca, presionar y no dejar maniobrar a los hombres pensantes de El Salvador. Físicamente se los notó disminuidos, sin arrestos, igual Rándall “Chiqui” Brenes.

La suplencia de la Tricolor es de lo que más preocupa. Pinto no cuenta con una baraja muy amplia de futbolistas que puedan llegar y cambiarle la cara a la “Sele” cuando se ve contra la pared y ante selecciones sin grandes recursos, como ocurrió frente a los cuscatlecos. Le falta peso, trayectoria con la Nacional, en sí, experiencia a ese banquillo.

Carece de un líder, alguien que lleve la voz cantante dentro del terreno de juego, que sepa manejar los tiempos del partido, llevar al equipo a hacer el cambio de ritmo cuando el encuentro lo requiere. Campbell trata, y se le aplaude esa valentía, pero no es posible que se dependa de una figura, de un futbolista que apenas está en su primera eliminatoria.

La definición fue, es y será siempre nuestro talón de Aquiles. Nuestros delanteros, pese a que se partieron el lomo, lucharon, les dieron duro como a Saborío y Campbell, deben tener calma, sangre fría para aprovechar las ocasiones de gol que se presentan frente al arco rival. Por esa falta de contundencia es que los partidos se complican y se termina sufriendo.