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Viernes 24 de agosto de 2012, Costa Rica
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Serie quedó caliente para la próxima semana

Supercopa se destapó

Antonio Alfaro, editor

analfaro@aldia.co.cr

Barcelona, España - El clásico se destapó, como las mujeres europeas en pleno verano.

Aunque el juego empezó como esas blusas que más está usando por estas tierras, cortas por delante, largas por detrás, que de frente despiertan buenas sensaciones, pero de pasada dejan algunas expectativas pendientes, en el segundo tiempo se las quitó de una vez, se puso pantaloncillos de mezclilla, diminutos a más no poder, y la blusita de tirantes.

En pleno verano europeo, con temperaturas de hasta 31 grados, cuando las mujeres se destapan y el fútbol regresa, cuando hay largas piernas al descubierto en cada acera y esperados pulsos en cada gramilla, el Barca-Real fue el mejor abrebocas. Pasó de un primer tiempo que dejaba ganas de más, a una segunda parte de atrevimientos. Se quitó las enaguas, el pantalón largo y se puso el “short”.

El clásico se destapó con fútbol del bueno, goles, historias que cambian, van y vienen, pasan del irrespeto del Real Madrid (0-1) al inicio del complemento a lo que parecía una nueva humillación del Barcelona (3-1, casi casi 4-1), para terminar con un ajustado triunfo catalán (3-2). El resultado final le recuerda al campeón madridista que la fiesta de la temporada anterior ya terminó, aunque todos saben no es ventaja definitiva en la Supercopa, a falta del juego en Madrid y con el 1-0 como requisito para la celebración de Mourinho y los suyos.

Queda claro que se trata de un duelo que puede cambiar en cualquier momento. Ayer, el primer tiempo fue apenas aceptable, quizás muy clásico (pelota azulgrana, repliegue madridista), con pocos remates directos (recuerdo dos desviados de un Messi controlado, que llegó con cuatro clásicos sin anotar, y un remate directo de Pedro que Casillas envió al córner). El segundo tiempo, en cambio, explotó en emociones. Cristiano, poco amenazante, no había hecho méritos para abrir la cuenta, pero así son los asesinos del gol: un pestañeo, un tiro de esquina de Ozil y ¡vénganos tu reino! Destapado el clásico; silenciado el Camp Nou.

¡Ni para que lo hizo! Fue como la cachetada que despierta lo mejor del rival. El inmediato gol de Pedro tras un pase filtrado, el penal cobrado por Messi (por falta de Ramos sobre Iniesta) y la definición de Xavi (tal vez lo mejor fue el pase de Iniesta, Made in Barcelona, de esos que abren grieta en medio de la defensa), desataron la locura en el estadio.

Fiesta Azulgrana

Explotó la euforia calentada, hervida y contenida desde tempranas horas, de todos aquellos aficionados que se habían ido agrupando alrededor del estadio y a las ocho de la noche parecían listos para el ingreso, a falta de una hora para la apertura del estadio y de dos horas y media para el inicio del juego.

Entonces todos se apiñaban, contenidos por vallas, a los lados de la calle que lleva a la entrada de los jugadores. Un carro negro pasó y las fotos fueron y vinieron, hasta verlo sumergirse en el túnel que da un parqueo subterráneo. No logré ver quién iba a dentro. ¡Era Alexis! –le dice sonriente un joven a su amigo- ¡Véalo! –añade, enseñándole la foto captada con su celular-.

Mientras todo era algarabía en las calles, adentro del Camp Nou los graderíos lucían vacíos. La gramilla, impecable, recibía su último baño con el sistema de riego lanzando chorros a diestra siniestra. Prometía estar a punto (ni muy dura ni muy blanda). En cada butaca, una banderita plástica del Barcelona esperaba por cada uno de los aficionados y el personal de seguridad y aseo trabajaba en los últimos detalles.

Disfruté el panorama con una butifarra ¿Eso qué es? “Como un perro caliente, pero más grande” –me dijo el vendedor-. Omitió decir que con un tipo de chorizo en vez de salchicha en pan baguete.

Escuché la ovación de la gente. Eran las 9:05, cuando como hormigas fueron ingresando hasta llenar el estadio, para hacerlo suyo, para cantar el himno del Barcelona en el ingreso de los equipos, silbar a más no poder toda la alineación madridista, animar el desanimado inicio, callar con el cabezazo de Cristiano, resucitar con el gol de Pedro, enfiestarse con el penal de Messi, enloquecer con el toque de Xavi abajo y a un costado, soñar con una monumental paliza, atragantarse con el grito de gol que debió ser el cuarto, lamentar el error de Valdés (¡otra vez!), que perdió la pelota ante Di María y metió el duelo al más caliente de los veranos. Con razón las mujeres andan pantaloncillos cortos y ajustados.

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Video de la nota

  • Observe los goles del encuentro. Video: tomado de Youtube.

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