Pavas.-Manejar una planilla de Primera División no es la única tarea que tiene ocupado a Odir Jacques Ferreira.
Él cumple un papel de esposo, padre y de abuelo, esta última función lo apasiona.
“Yo me desvivo por mi familia, soy un abuelo chineador”, dijo.
A diario se levanta a las 5:30 a.m., lee el periódico, desayuna y sale con su nieto Luciano para llevarlo a la escuela en el barrio El Socorro, en San Miguel de Santo Domingo de Heredia.
Luego, se dirige a entrenar a Herediano, regresa a la casa, va por su nieto y tras el ir y venir, se sienta en un cuarto a observar telenovelas brasileñas.
“Me gustan mucho. Soy más de ver televisión que de leer”, comentó el timonel florense.
Su día termina a las 8 p.m., “hora en la que ya estoy dormido”.
No lava un plato
Pese a que Jacques tiene 40 años de vivir en suelo tico e incluso posee cédula costarricense, el acento portugués no lo pierde.
Él explicó la razón. “Lo que pasa es que en mi casa, sólo hablamos portugués. Yo soy un costarricense más, pero me gusta mantener mis raíces brasileñas, no perderlas”.
Le confesó a Al Día que nunca dice ‘mae’ ni ‘pura vida’, pero, sí le encanta el gallo pinto.
Visita su país natal una vez al año, mientras sus ocupaciones se lo permitan.
Su esposa Ana Cecilia Calderón es salvadoreña, su hija mayor Ana Cristina también, el único varón de la casa, José Odir, nació en Costa Rica. Además, tiene otra hija que vive en Portugal llamada María Cecilia. “Todos mis hijos hablan cinco idiomas, en casa sólo yo hablo español y portugués”, contó orgulloso.
En lo que respecta a tareas del hogar reveló que, lo único que cocina es carne asada y nunca lava un plato “porque ni de pequeño me tocó hacerlo”.
Tiene un carácter explosivo heredado de su madre, de la que aprendió “a mirar de frente”. Y pese a que lo invitan regularmente a “mejenguear” con veteranos, prefiere no asistir.
“Si uno juega con veteranos, uno se defiende, pero con gente menor te pueden lesionar… mi sangre y mi carácter no permiten que me golpeen. Para no hacer problema mejor no juego”.