Deportes
Viernes 25 de mayo de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Su esposa lo siguió desde Holanda

Lo encomendaron a la Virgen

Sofía Quesada Chavarría

squesada@aldia.co.cr

Si alguien tenía la seguridad de que Warner Rojas llegaría a la cima del Everest era su madre. Sin embargo, doña Cristobalina Chinchilla no dejó de rezar nunca y mucho menos ayer.

En el día de la Vírgen María Auxiliadora, la señora, de 62 años, encendió una velita por su hijo desde buena mañana.

Sus hermanas, Aurora y Nidia, asistieron a la misa para pedir que su hermano lograra su sueño pero sobre todo que regresara sano y salvo.

“Ahorita estoy muy emocionada pero no dejo de rezar porque bajar también es muy peligroso”, dijo doña Cristobalina, quien confesó que soltó en llanto cuando supo que Rojas había llegado.

“Desde que él está allá le pongo una velita a la Virgen de Los Ángeles y al Divino Niño para que me lo cuiden mucho”, agregó su mamá, quien contó que ayer se acercaron a su casa familiares y vecinos para felicitarla.

Su esposa en vela

En Holanda, su esposa, Thessa Rienhart se mantuvo serena y en la oscuridad de la casa de sus padres siguió por Internet cada paso del montañista nacional.

A las 4 a.m. (8 p.m. hora tica) le confesó a Al Día que sentía un gran alivio y que estaba muy contenta, pero que estaría tranquila hasta recibir su llamada.

“Tengo mucho deseos de escucharlo y solo con sus palabras yo estaría brincando al cielo”.

De momento Thessa no quiere saber más de montañas, aunque sabe que Warner ya tiene la idea de visitar algunas en Ecuador.

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