Josh Booth, el remero australiano enviado de vuelta a su país después de causar ebrio destrozos en los cristales de dos tiendas de Londres, no enfrentará acusaciones por el incidente.
Él se había disculpado con los dos comerciantes y les pagaría 1.400 libras (¢ 1 millón) para reparar las ventanas rotas en el incidente.
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