Londres, Inglaterra/EFE El dominicano Félix Sánchez compite en los Juegos Olímpicos de Londres con una apuesta al amor más inocente que existe, el de los abuelos a los nietos.
Y, según cree, le llega del más allá para ayudarlo en la prueba de los 400 metros con vallas.
“Mi abuela se llamaba Lilian Peña, murió cuando corrí la primera ronda en los Juegos de Pekín 2008, pero ahora está aquí” , asegura el monarca olímpico de Atenas 2004, uno de los grandes atletas latinos en este siglo.
Aunque es un viejo lobo del atletismo mundial, Félix puso el toque de sentimentalismo en la primera jornada del atletismo de los Juegos Olímpicos, al competir con una zapatillas color verde a las cuales les puso la palabra “abuela”.
“Así la llamaba, abuela y nada más; en mi habitación de la villa tengo una foto de nosotros dos juntos y su recuerdo me hace correr más rápido” , explica.
Sánchez, ayer en Londres, llevaba un ritmo bueno para bajar de los 49 segundos, pero al verse seguro en la fase de los 16 miró a los lados, comprobó que ya estaba en semifinales y bajó el paso, pese a lo cual ganó con 49.24, seguido del británico Jack Green (49.49) y el senegalés Mamadou Hanne (49.63).
“No tenía caso acelerar, me siento en condiciones de bajar de 48 segundos en la final y con eso podré pelear las medallas, pero antes hay que correr la “semi” , dijo el corredor, que el próximo 30 de agosto cumplirá 35 años.
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